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SAN JOSÉ, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

Unos 2,8 millones de costarricenses acudirán este domingo a las urnas para votar en un comicios en los que la candidata del gobernante Partido Liberación Nacional (centro-derecha), Laura Chinchilla, podría convertirse en la primera mujer en llevar las riendas de esa nación centroamericana, aunque su más cercano rival, Otto Guevara, ha ganado terreno y podría hacer que los resultados se definan en una segunda vuelta.

Las últimas encuestas divulgadas esta semana dan a Chinchilla más de un 40 por ciento de las preferencias, suficiente como para evitar una segunda vuelta. En segundo lugar se ubica el abogado derechista Guevara, del Movimiento Libertario (socialdemócrata), con más del 22 por ciento, seguido de Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda) con alrededor del 20 ciento.

Para que un candidato pueda ganar los comicios presidenciales en la primera vuelta debe obtener más del 40 por ciento de los votos, según lo establece la ley electoral de Costa Rica. De no ser así, los dos aspirantes con la mayor votación deberán pasar a una segunda vuelta.

En caso de que Chinchilla gane los comicios en Costa Rica se convertiría en la tercera mujer en ser elegida presidenta en Centroamérica. La primera en lograrlo fue Violeta Chamorros (1990-1997) en Nicaragua, seguida de Mireya Moscoso (1999-2004) en Panamá.

Chinchilla, de 50 años, ha sumado preferencias gracias a que ha prometido impulsar tratados de libre comercio con la Unión Europea, China y Singapur, así como la privatización de algunas actividades que actualmente están en manos del Estado.

Pero el tema del tráfico de drogas y el crimen organizado ha cerrado la brecha entre Chinchilla y Guevara. Éste último ha puesto en duda la capacidad de la política quien en 1994 fue viceministra de Seguridad Pública.

La seguridad ciudadana ha sido una de las banderas de Chinchilla en su campaña en la que ha prometido una Policía más sólida capaz de combatir la delincuencia organizada y la corrupción, argumentos que no han sido suficientes para convencer al electorado de que tiene la capacidad para enfrentar este flagelo.

El tema de la seguridad sin duda ha sido el estandarte de estas elecciones, debido a la preocupación que ha surgido en los últimos años por ser Costa Rica parte de la ruta de la droga que sale de Colombia y llega a Estados Unidos.

Costa Rica, el único país del mundo que no tiene Ejército, ha comenzado a sentir parte de los estragos que está causando la guerra entre cárteles de la droga en México, donde más de 15.000 personas han perdido la vida en los últimos tres años en hechos violentos vinculados por el crimen organizado.

Guevara, en su tercer intento por llegar a la Presidencia, ha sido más enérgico en su discurso contra la delincuencia de las mafias, pero su discurso se ha visto debilitado por su propuesta de adoptar el dólar estadounidense y reducir el papel del Estado en la vida económica nacional.

La candidata del oficialismo, en cambio, ha sido más solidaria y ha prometido mantener las políticas económicas del Premio Nobel de la Paz que logró atajar la crisis económica evitando que Costa Rica se sumergiera en una profunda crisis en 2009, afectada por la recesión mundial.

GASTO ELECTORAL

A diferencia de otras campañas electorales, en esta última no ha sido tan efusiva como se esperaba. En las calles de las principales ciudades no se ha percibido en estos cuatro meses un gran despliegue de banderas y pancartas a favor de uno u otro partido.

La campaña ha sido trasladada a los medios de comunicación donde los candidatos de todos los partidos, en especial aquellos que no están apoyados por el oficialismo, han tenido apariciones constantes en las que insistentemente explican cómo sus propuestas de Gobierno pueden mejorar las políticas actuales.

Esto ha provocado que el gasto electoral ascienda considerablemente en comparación con la campaña del año 2006 superando los 20 millones de dólares (14,6 millones de euros), según cifras divulgadas esta semana por los medios locales.

Aunque en países como Chile, donde en enero se realizaron los comicios, los gastos de campaña del mandatario electo, Sebastián Piñera, pasaron de los 6,8 millones de euros, para un país de apenas 4 millones de habitantes como Costa Rica hablar de 20 millones de dólares en gastos electorales podría sonar exagerado.

El oficial Partido Liberación Nacional se ha llevado más del 50 por ciento del monto total en la campaña a favor de Chinchilla con un total de 12 millones de dólares (8,7 millones de euros), seguido muy de lejos de Guevara quien ha gastado unos 5,2 millones de dólares (3,8 millones de euros).

Es importante destacar que en estos comicios también se elegirán los 57 diputados de la Asamblea Legislativa de Costa Rica y los regidores municipales, lo que incrementó el volumen de aspirantes y, por ende, los desembolsos para las campañas.

NO DONARÁN EL SUELDO

Los cuatro principales candidatos a la Presidencia de Costa Rica han asegurado que si ganan las elecciones del próximo domingo no estarían dispuestos a seguir el ejemplo del actual mandatario que desde el año 2007 dona su salario a entidades benéficas y de ayuda social.

Chinchilla, Guevara, Solís y Fishman han dejado claro que de ganar los comicios el sueldo de 4,4 millones de colones (5.835 euros), que corresponde al presidente de ese país, lo utilizarán para sus gastos personales y familiares, como el sustento diario y la educación de sus hijos, informó el diario 'La República'.

Chinchilla dijo que ella no puede "darse ese lujo" al igual que hizo el Premio Nobel de la Paz. "Yo siempre he vivido de un salario, el cual uno con el de mi esposo para pagar nuestra hipoteca y hacerle frente a gastos como la educación de nuestros hijos", afirmó.

Sobre esta propuesta, Guevara ha dejado claro que no podría donar su sueldo porque una vez que asuma la Presidencia tendría que dejar su trabajo. "Necesito pagar el alquiler de mi casa, el colegio de mis hijos, la mensualidad del préstamo de mi carro, así como otras responsabilidades", anotó.

Solís, por su parte, ha dicho tajantemente que no lo piensa donar porque iría a vivir del salario presidencial, aunque no descartó que "en algún momento contribuya con alguna causa" desembolsando parte de lo que gane. "Con el sueldo voy a mantener a mi familia y a hacerle frente a responsabilidades que he adquirido para mi hogar", aseveró.

Por último, Fishman ha dicho que "jamás" donaría sus ingresos como primer mandatario calificando de "demagógica" esa acción, sin criticar a Arias. "El ser presidente me va a implicar un gran sacrificio y dedicación y me voy a ganar el salario con el sudor de mi frente", expresó.