Actualizado 21/12/2006 21:08

Crónica Ecuador/Colombia.- La lucha colombiana contra la coca en la frontera enturbia las relaciones con Ecuador

Correa adquiere protagonismo en el conflicto binacional, advirtiendo de que responderá a las fumigaciones aéreas cuando sea presidente


QUITO/BOGOTÁ, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -

Las medidas que ha tomado el Gobierno colombiano para erradicar las plantaciones ilegales de coca en diez kilómetros de la frontera común con Ecuador han puesto en peligro las relaciones bilaterales. El primero justifica estas acciones por la necesidad de acabar con la que considera la principal fuente de financiación de la guerrilla, mientras que el segundo alega que los productos utilizados son perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente.

El conflicto entre los dos países comenzó hace dos semanas, cuando el Ejecutivo de Álvaro Uribe reanudó las fumigaciones con glifosato herbicida desde el aire después de diez meses, en que habían estado paralizadas debido precisamente a un acuerdo con Ecuador, que comparte una frontera común con Colombia de 640 kilómetros.

El pasado 26 de noviembre, el izquierdista Rafael Correa dio la sorpresa ganando las elecciones presidenciales ecuatorianas y unos días después fue proclamado mandatario electo por el Tribunal Supremo Electoral. No tardó mucho en iniciar una gira por los países con los que Ecuador mantiene importantes relaciones económicas y comerciales, como Argentina, Brasil, Perú y Venezuela, entre otros.

A esto se unieron sus tempranas declaraciones sobre la que será la política que lleve a cabo durante los cuatro años de mandato para los que ha sido elegido. Además de destacar sus preferencias económicas y puramente políticas, Correa anticipó el pasado día 10 que su gobierno continuará con su intención de impedir que se fumigue la zona de la frontera con Colombia para eliminar los productos de coca de este país, sugiriendo que debería hacerse de forma manual.

En su opinión, la posibilidad de que el Ejecutivo colombiano reanudara la extinción de la coca desde el aire sería "terrible". Pero los temores de Correa se cumplieron y, al día siguiente, el país vecino comenzó a fumigar un corredor de diez kilómetros en el límite con Ecuador.

ALEGAN AUMENTO DE LAS PLANTACIONES

El director de la Policía Antinarcóticos de Colombia, Jorge Barón, alegó que la suspensión de las operaciones de fumigación en esos diez meses duplicó el número de hectáreas cultivadas en la zona por parte de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tal y como Uribe y su ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguraron que habían detectado cuando visitaron en noviembre los departamentos de Nariño y Putumayo.

Barón consideró que las operaciones "podrían finalizar en menos de un mes", y recalcó que se estaba respetando solamente una franja de 100 kilómetros, mientras que Santos concretó que el 'parón' de diez meses, en los que sólo se recurrió a la erradicación manual, fue aprovechada por las FARC "para sembrar un verdadero mar de coca con más de 10.000 hectáreas".

Para el ministro, era fundamental "acabar con esa coca lo más pronto posible y quitarle de las manos a los delincuentes y terroristas esa fuente de financiación". Aunque no descartó la erradicación manual como complementaria de la aérea, destacó que la prioridad del Gobierno era eliminar los cultivos ilícitos en el menor plazo de tiempo posible.

Mientras, en Ecuador el presidente electo no era el único que denunciaba las actividades de Colombia en la frontera. El ministro de Exteriores, Francisco Carrión --que dejará el cargo el 15 de enero, cuando asumirá el Ejecutivo de Correa--, afirmó el día 12 que la posición de su país "es firme" en su postura respecto a este tema, añadiendo que interpretaban la decisión del Gobierno de Uribe como un "acto de hostilidad".

Por ello, Alfredo Palacio llamó a consultas al embajador ecuatoriano en Bogotá, Alejandro Suárez. Incluso amenazó con retirarle si continuaban las fumigaciones, extremo que todavía no se ha llegado a producir.

Aunque el ministro ecuatoriano de Exteriores aseguró comprender la situación "difícil y peligrosa" de Colombia y el "flagelo del narcotráfico", insistió en cuestionar "por qué va a pagar Ecuador una situación como ésta".

RECLAMOS EN LA ONU Y LA OEA

De este modo, el caso ha trascendido los límites de cualquier disputa binacional y el Gobierno de Palacio hizo un llamamiento a la ONU para que conformara una "misión científica que realice los estudios porque éste es un organismo mundial que tiene mayor conocimiento de los temas y experiencia y al mismo tiempo tienen más imparcialidad".

Sin embargo, el Ejecutivo de Uribe contestó asegurando que cuenta con "argumentos científicos y técnicos respecto de los efectos inocuos en la salud humana y el medio ambiente de la mezcla utilizada por el Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos Mediante Aspersión Aérea con Glifosato (PECIG)".

"Dichos argumentos están sustentados en múltiples estudios nacionales e internacionales, entre los que se destaca el publicado por la Comisión Interamericana contra el Abuso de Drogas (CICAD-OEA) en abril de 2005", agregó.

No obstante, el Gobierno ecuatoriano afirmó que Colombia se sustenta en esta entidad adscrita a la Organización de Estados Americanos (OEA) que "no merece" su "credibilidad", ya que explicó que cuando se realizó este estudio el organismo estaba presidido por el colombiano César Gaviria y fue a Quito "una corta misión que no llegó a los sectores de frontera, sino que recogió algunos elementos y se los llevó a Washington".

El conflicto entre Ecuador y Colombia, aunque no se remonta muchas semanas atrás, sí se ha producido con una gran intensidad, ya que el mismo día 13 los mandatarios de ambos países mantuvieron una conversación para poner en claro sus respectivas posiciones sobre el conflicto, mientras las fumigaciones aéreas continuaban en la franja de diez kilómetros.

"La conversación del presidente Álvaro Uribe estuvo dirigida a generar un diálogo y que el tema no se vea como una sorpresa", informó ese día la ministra colombiana de Exteriores, María Consuelo Araújo, quien aclaró que la política del Gobierno de Colombia es mantener el contacto con todas las naciones de Sudamérica con el propósito de realizar trabajos en conjunto para detener la producción de estupefacientes en la región e impedir que los grupos armados sigan tomando fuerza con este comercio ilícito.

AYUDA DE HUGO CHÁVEZ

Sin embargo, el presidente electo de Ecuador pidió, también el día 13, la intervención de la OEA y la ONU para que tomen medidas, advirtiendo de que cuando tome posesión el próximo 15 de enero responderá a las operaciones de fumigación en la frontera. Mientras tanto, el Estado colombiano continuaba pidiendo "comprensión" a las autoridades del país vecino alegando la necesidad de estas actividades.

Correa también pidió al mandatario venezolano, Hugo Chávez, que le apoye en sus reclamaciones, a lo que éste aceptó, "porque, sencillamente, es inaceptable que en la frontera se fumigue vía aérea con glifosato" herbicida que, según estudios realizados por especialistas ecuatorianos, provoca alteraciones genéticas en los seres humanos.

Más aún, el presidente electo de Ecuador advirtió hoy de que si Colombia no suspende las fumigaciones aéreas y no ve una "señal amistosa" por parte del Gobierno de Uribe, al menos en los dos días que tenía previsto visitar el país vecino, no viajará esta tarde a Bogotá como estaba previsto en su agenda y dentro de la gira por la región que ha realizado en las últimas semanas.