Actualizado 15/02/2007 15:37

Crónica Iberoamérica.- El BM estima en más de 45.600 millones de euros las remesas recibidas en la región en 2006

En términos relativos, España es el país que más remesas envía del mundo, al superar los 5.000 millones de euros en 2006


MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Banco Mundial estima que durante 2006 los emigrantes de América Latina y el Caribe enviaron a sus países de origen en torno a 60.000 millones de dólares (algo más de 45.600 millones de euros), frente a los casi 50.000 millones de dólares (unos 38.000 millones de euros) de 2005, según datos aportados por Humberto López, economista del BM para Latinoamérica y Caribe, coautor de un informe sobre el impacto de las remesas en la región elaborado junto a Pablo Fajnzylber.

Un año más el dinero enviado por los trabajadores latinoamericanos es casi tan importante como la inversión extranjera directa captada por sus países y seis veces mayor que la ayuda oficial al desarrollo que reciben. Y un año más América Latina y Caribe es la región del mundo que más remesas recibe, seguido de Asia del Este, con unos 44.600 millones de dólares pero con una población cuatro veces mayor.

En un encuentro con la prensa celebrado en Madrid, López presentó las líneas generales del estudio 'Cerca de casa: impacto de las remesas en el desarrollo de América Latina y Caribe', en el que se destaca que las remesas enviadas por los emigrantes son positivas para el crecimiento y la lucha contra la pobreza en la región, pero no son sustituto de políticas de desarrollo sólidas en los países.

Y es que pese a la importancia que tienen para Latinoamérica, el Banco Mundial considera que los efectos en algunas ocasiones se han sobreestimado. El motivo que esgrimen es que aunque contribuyen al desarrollo de los países receptores y están asociadas a niveles de pobreza más bajos y mayores tasas de crecimiento e inversión, lo cierto es que el efecto que tienen es desigual a través de la región.

IMPACTO "PEQUEÑO PERO ROBUSTO"

El impacto de las remesas sobre la superación de la pobreza y el crecimiento interno en la mayoría de los casos es "pequeño pero robusto". Como ejemplo, López habla de que por cada 1 por ciento que suben las remesas en relación al PIB, la pobreza tiende a bajar un 0,4 por ciento. Pero aclara que los países más beneficiados por estos flujos son los que aplican mejores políticas y tienen mejor clima de inversión, mayor capacidad institucional y una población más educada.

El informe, que trata de dar una respuesta sobre el perfil de los receptores de remesas de América Latina y el Caribe, indica que algunos de los efectos positivos están relacionados con el aumento de la tasa de ahorro y de acceso a la salud y a la educación, un aumento de la estabilidad económica, de la capacidad empresarial y una reducción en la pobreza y la desigualdad social.

Sin embargo, advierten de que también vienen acompañadas de costos importantes. Así, destacan los de tipo social por la migración, como la desintegración familiar, los problemas de adaptación y la fuga de cerebros, y los de tipo económico, como las potenciales pérdidas de PIB asociados a flujos migratorios, problemas de sobrevaluación de la tasa de cambio y la pérdida de competitividad exterior, entre otros.

Sobre el fenómeno de la fuga de capital humano, López apunta el hecho de que en las islas caribeñas el 80 por ciento de la población con estudios universitarios no vive en el país, y en Centroamérica se sitúa entre el 20 y 30 por ciento. Lo llamativo del caso, asegura el economista del BM, es que esas universidades son gratuitas por lo que finalmente son estos países los que están subvencionando en gran parte el capital humano del mundo desarrollado.

REDUCIR COSTES DE TRANSFERENCIA

El informe elaborado por el Banco Mundial también incide en el hecho de que en los últimos años se ha reducido considerablemente el coste de las transferencias de las remesas. Así, mientras que en 1998 se situaba en torno al 10 por ciento del dinero que se enviaba, en la actualidad es de alrededor del 3 por ciento, una caída muy grande pero en la que todavía se puede hacer más.

Humberto López se refiere en este punto a la importancia de que haya una mayor competencia en el sector, ya sea por la aparición de más remesadoras -como MoneyGram o Wester Union- o por la entrada de las entidades bancarias en este mercado, como es el caso de Bancomer Transfer Services, filial de BBVA en Estados Unidos que se centra en el mercado mexicano.

Y es que México, con unos 22.000 millones de dólares (algo más de 16.742 millones de euros) en remesas enviadas durante el año 2006 por los trabajadores que viven principalmente en Estados Unidos, es el país de América Latina y del mundo que más remesas recibe.

Por su parte, en términos relativos, España es el país del mundo que más remesas envía. Y es que entre enero y octubre de 2006 y a falta de contabilizar los dos últimos meses del año, los inmigrantes enviaron a sus países de origen más de 5.000 millones de euros, según datos del Banco de España, lo que supuso un crecimiento del 34,7 por ciento frente al mismo periodo del año anterior.

Otras de las conclusiones más relevantes de la investigación es el hecho de que en países como México, El Salvador o Paraguay las remesas ayudan principalmente al segmento más pobre de la sociedad, mientras que en otros países, como Nicaragua, Perú o Haití, la ayuda está más ligada a la clase media, un fenómeno que explican por el tipo de población que decide emigrar.

En este sentido, López apunta al hecho de que la distribución de las remesas en la región suele ser similar a la distribución del ingreso y, según recuerda, Latinoamérica es la zona del mundo con mayores desigualdades, motivo por el que advierte que a pesar de lo que se cree, las remesas no van masivamente destinadas a las capas más pobres de los países receptores.