Manifestación en Nicaragua
REUTERS / JORGE CABRERA - Archivo

   MANAGUA, 24 May. (Notimérica) -

   El diálogo nacional con el que Nicaragua busca salir de la crisis en la que se encuentra desde hace un mes, fue suspendido indefinidamente este miércoles tras su tercera sesión debido a que no hubo consenso sobre la agenda propuesta.

   Por su parte, los representantes del Gobierno nicaragüense abogaban por acordar la suspensión de la violencia y movilizaciones que se realizan a nivel en el país a nivel nacional, y los sectores empresariales, estudiantiles y de la sociedad civil plantearon como prioridad abordar temas relacionados con la democratización del país.

   En el inicio de la última sesión, los obispos de la Conferencia Episcopal puso sobre la mesa la agenda: la democratización, derechos humanos y seguridad.

   En esta mesa de diálogo se planteó discutir sobre aspectos medulares: reformar la Constitución Política para prohibir la reelección presidencial; aumentar el porcentaje con el que es elegido el presidente de la República; la posibilidad de adelantar las elecciones municipales, regionales y generales; la reducción del número de diputados de la Asamblea Nacional y la conformación de un nuevo Consejo Supremo Electoral (CSE), entre otros.

   Por su parte, la respuesta del gobierno a través de el canciller, Denis Moncada Colindres, quien encabeza la misión que representa al gobierno, fue muy clara al responder que la agenda contenía puntos que implicaban "el diseño de una ruta para un golpe de Estado", según informó 'Infobae'.

   Es "el diseño de una ruta para cambiar el Gobierno al margen de la Constitución, del ordenamiento jurídico, violando la Constitución y las leyes", agregó Moncada, quien al igual que toda la delegación gubernamental quiso enfatizar en que la prioridad era que los pobladores que se oponen al gobierno quiten los piquetes que han instalado en las carreteras principales del país.

   El gobierno alega que existe pérdidas económicas a causa de estos cortes en la carretera. Según el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, presente en el diálogo, la economía está siendo afectada de tal forma que podría aumentar la tasa de desempleo. Se calcula que la crisis ha dejado más de 200 millones de dólares en pérdidas.

   "La agenda responde a lo que ha venido exigiendo en marchas multitudinarias el pueblo de Nicaragua: un cambio. Para que esta agenda sea discutida se ha pagado un gran saldo de sangre", agregó por su parte el representante de la sociedad civil, Carlos Tünnermann.

   Según el balance de víctimas proporcionado este lunes por la CIDH, al menos 76 personas murieron, 868 resultaron heridas y 438 fueron detenidas. La mayoría de las víctimas eran jóvenes manifestantes, aunque los investigadores regionales han identificado también a dos policías muertos y han registrado "agresiones" contra otros funcionarios.