Publicado 01/11/2020 11:54

Cuatro años de Trump impulsan el crecimiento del socialismo en EEUU, uno de los países más capitalistas del mundo

Chi Anunwa, copresidenta de la rama neoyorquina de los Socialistas Democráticos de América
Chi Anunwa, copresidenta de la rama neoyorquina de los Socialistas Democráticos de América - EUROPA PRESS

La aparición de las nuevas generaciones del Partido Demócrata inclinan a la formación hacia la izquierda, a pesar del distanciamiento de Biden

NUEVA YORK, 1 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los movimientos izquierdistas y socialistas han crecido en EEUU durante los cuatro años de Gobierno de Donald Trump; un modelo de progresismo que tomó impulso con el movimiento Occupy Wall Street, en la década pasada, y se ha consolidado con las fallidas postulaciones del senador Bernie Sanders a la candidatura demócrata, además de con la llegada al Congreso de nuevos legisladores, como Alexandra Ocasio Cortez, que se declaran abiertamente socialistas.

"La gente se ha interesado todavía más durante la pandemia, que ha expuesto muy claramente cómo nuestro país opera para servir al 1% que está en la cúspide, a los ricos y a las corporaciones más grandes, mientras que la mayoría de la gente sufre y, francamente, muerte", comenta Ellen Miller, militante de una pequeña formación conocida como Alternativa Socialista, mientras protesta en un parque del centro de Nueva York en apoyo a medidas de reducción de financiación de la Policía y de mayores impuestos a los ricos.

En otra protesta, a las afueras de una compañía eléctrica en Brooklyn, una veintena de personas se manifiesta contra la nueva construcción de una tubería de gas. Portan carteles alusivos al cambio climático y cantan consignas a favor del medio ambiente y la economía sostenible.

En algunos de los letreros aparecen tres letras: DSA. Son las siglas, en inglés, de los Socialistas Democráticos de América, una de las organizaciones que más ha crecido, y a la que pertenece Ocasio-Cortez.

"Buscamos una sociedad y una economía que sea realmente democrática, elaborada por la gente, y para la gente, que no sea manejada sólo para el beneficio de una pequeña élite. Nos planteamos cómo ejercer controles en servicios que son de uso público, como la salud, la vivienda o la educación", asegura Chi Anunwa, una de las copresidentes de la rama neoyorquina de DSA.

La organización aboga por extender a toda la población el Medicare, el sistema de salud pública incentivado por Obama para la población más vulnerable, así como presionar por un salario mínimo de 15 dólares a la hora o por un nuevo 'pacto verde' que acabe con las emisiones nocivas a la atmósfera.

La DSA --que no es un partido, recuerda Anunwa-- tenía 8.000 miembros de pago hace cuatro años. Ahora cuenta con más de 70.000, y dos legisladores en el Congreso, que probablemente ampliará hasta los cuatro en las próximas citas electorales.

"Desde que ganó Trump hemos crecido, en parte porque tenemos una generación más joven de personas que creció sin la carga ideológica de la Guerra Fría, y no asocia instintivamente el socialismo y el comunismo con los aspectos de otras generaciones", cree Anunwa, de 31, años, que nació el año en que cayó el muro de Berlín.

La DSA ha sido muy criticada por Donald Trump y el entorno republicano, que señala a los miembros del partido de ser amigos de los gobiernos de Cuba y Venezuela.

Sin ir más lejos, el mandatario ha llegado a asegurar este jueves en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter que los demócratas quieren convertir a Estados Unidos en "la Cuba comunista o la Venezuela socialista" si ganan las elecciones.

"Nuestros oponentes quieren convertir a Estados Unidos en la Cuba comunista o la Venezuela socialista", ha señalado Trump a través de su cuenta en la red social Twitter, en un mensaje en el que prometió que, "mientras él sea presidente", la nación norteamericana "nunca será un país comunista".

"El mayor punto en común de la organización con respecto a esos dos países", responde Anunwa, "es que EEUU debería de parar de inmiscuirse en sus asuntos, independientemente de cómo pueda la gente sentirse en lo relativo a Fidel Castro o Hugo Chávez. No se puede violar la soberanía de otros países".

BIDEN SE DISTANCIA DEL MOVIMIENTO

El candidato demócrata, Joe Biden, se ha desmarcado en repetidas ocasiones de los postulados más izquierdistas. "No hay una sola sílaba que jamás yo haya dicho que pudiera llevar a pensar que fui un socialista o un comunista", ha dicho el candidato demócrata a la Casa Blanca recientemente.

"Biden tiene también sus problemas", asegura Anunwa en este sentido. "No nos gusta que no apoye el Medicare para todos. Ni las leyes anti crimen que aprobó hace años. Si él gana, nosotros tenemos que mantenernos en movilización. Hay que construir un movimiento de izquierda potente en los EEUU, incluso aunque Trump se haya ido, que es lo que queremos todos", añade.

No son palabras que caigan en saco roto. La protesta de Brooklyn, a la que ella ha asistido, tiene como diana al gobernador demócrata del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo. La organización de la que forman parte dos congresistas demócratas está, de esa manera, protestando contra un prominente político de ese mismo partido.

LOS DEMÓCRATAS SE INCLINAN A LA IZQUIERDA

La DSA, y otras organizaciones de izquierda, podrían estar, creen los analistas, llevando al partido azul a posiciones más progresistas.

Los candidatos de esos movimientos a las primarias demócratas, de cara a posiciones en el Congreso, se han mostrado fuertes en los procesos electorales internos, a menudo derrotando a candidatos más moderados, no sólo a la hora de aspirar a nuevos asientos, sino también al momento de defender los ya obtenidos. Una de las posibles reacciones ante el fenómeno es que los moderados acaben inclinándose a posturas más progresistas para lograr imponerse en las primarias.

"Es posible desplazar al Partido Demócrata hacia la izquierda. Ya lo hemos visto. Los más centristas del partido se han visto forzados a abrirse porque los nuestros están ganando las primarias, con menos apoyo institucional, y menos fondos", considera Anunwa. "Pero, pase lo que pase con Biden, todavía va a existir esa fuerza dominante centrista en el partido", puntualiza.

Los movimientos socialistas, en conjunto, tienen opciones de conseguir un total de ocho escaños en el Congreso, todos ellos apoyados por el Partido Demócrata.