Actualizado 17/04/2011 05:31

Castro señala que "resulta recomendable limitar a dos periodos consecutivos el desempeño de cargos políticos"


LA HABANA, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha señalado durante el IV Congreso del Partido Comunista (PCC) que "resulta recomendable limitar a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales". "Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones", ha agregado al respecto.

De esta manera, Castro ha señalado que a lo anterior contribuirá "el fortalecimiento del espíritu democrático y el carácter colectivo del funcionamiento de los órganos de dirección del Partido y del poder estatal y gubernamental, al tiempo que se garantice el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas".

Este rejuvenecimiento afectaría "desde la base hasta los compañeros que ocupan las principales responsabilidades, sin excluir al actual Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ni al Primer Secretario del Comité Central que resulte electo en este Congreso".

"El reforzamiento sistemático de nuestras instituciones será a la vez condición y garantía imprescindible para que esta política de renovación de los cuadros jamás ponga en riesgo la continuidad del socialismo en Cuba", ha añadido Castro, según se puede leer en el texto del informe presentado por el presidente al Congreso, publicado por el sitio web 'Cubadebate'.

"No pocas lecciones amargas nos han legado los desaciertos sufridos en este ámbito a causa de la falta de rigor y visión que abrieron brechas a la promoción acelerada de cuadros inexpertos e inmaduros a golpe de simulación y oportunismo, actitudes alimentadas también por el erróneo concepto de que para ocupar un cargo de dirección se exigía, como requisito tácito, militar en el Partido o la Juventud Comunista", ha señalado el mandatario cubano.

Por ello, ha afirmado que hay que abandonar "resueltamente" esta práctica y que salvo para las responsabilidades propias de las organizaciones políticas "la militancia no debe significar una condición vinculante al desempeño de puesto de dirección alguno en el Gobierno o el Estado, sino la preparación para ejercerlos y la disposición de reconocer como suyos la política y el Programa del Partido".

"Los dirigentes no surgen de escuelas ni del amiguismo favorecedor, se hacen en la base, desempeñando la profesión que estudiaron, en contacto con los trabajadores y deben ascender gradualmente a fuerza del liderazgo que sólo otorga ser ejemplo en el sacrificio y los resultados". ha indicado Castro en este sentido.

PIDE UNA "SEVERA AUTOCRÍTICA"

El mandatario ha considerado que la dirección del PCC, a todos los niveles, "debe hacerse una severa autocrítica y adoptar las medidas necesarias para evitar la reaparición de tales tendencias". "Ello, a su vez, es aplicable a la insuficiente sistematicidad y voluntad política para asegurar la promoción a cargos decisorios de mujeres, negros, mestizos y jóvenes, sobre la base del mérito y las condiciones personales", ha afirmado.

"No haber resuelto este último problema en más de medio siglo es una verdadera vergüenza, que cargaremos en nuestras conciencias durante muchos años, porque sencillamente no hemos sido consecuentes con las incontables orientaciones que desde los primeros días del triunfo revolucionario y a lo largo de los años nos impartió el compañero Fidel (Castro), porque además la solución de esta desproporción formó parte de los acuerdos adoptados por el trascendental Primer Congreso del Partido y los cuatro que le sucedieron y no aseguramos su cumplimiento", ha valorado.

Asimismo, ha asegurado que asuntos como estos "jamás deberán volverse a guiar por la espontaneidad, sino por la previsión y la más firme intencionalidad política de preservar y perfeccionar el socialismo en Cuba". "Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente, a lo largo del quinquenio, sin precipitaciones ni improvisaciones, pero empezar tan pronto como concluya el Congreso", ha indicado.

EFECTO CONTRAPRODUCENTE

En cuanto a la vida interna del país, Castro ha dicho que hay que meditar en los "efectos contraproducentes de viejos hábitos que nada tienen que ver con el papel de vanguardia de la organización en la sociedad". Entre ellos ha destacado "la superficialidad y formalismo con que se desarrolla el trabajo político-ideológico, la utilización de métodos y términos anticuados que no toman en cuenta el nivel de instrucción de los militantes y la realización de reuniones excesivamente extensas y con frecuencia dentro de la jornada laboral, que debe ser sagrada".

"Estos criterios son aplicables también a la emulación, movimiento que con los años fue perdiendo su esencia movilizadora de los colectivos obreros, al transformarse en un mecanismo alternativo de distribución de estímulos morales y materiales, no siempre justificados con resultados concretos y que en no pocas ocasiones generó fraudes en la información", ha agregado.

Asimismo, ha destacado que para alcanzar esta meta "se hace imprescindible cambiar la mentalidad, dejar de lado el formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones, o lo que es lo mismo, desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías para llegar a las esencias más profundas de las cosas".