Publicado 12/08/2021 18:57

Cuba.- Cuba condena la "agresión" del Senado de EEUU de llevar Internet y recuerda que el bloqueo impide su acceso

Una calle de La Habana.
Una calle de La Habana. - JOAQUIN HERNANDEZ / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO

MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha calificado este jueves de "agresión" la enmienda aprobada el miércoles en el Senado de Estados Unidos que busca llevar la señal de Internet a la isla, y ha recordado que es el bloqueo lo que impide su acceso libre a los cubanos.

"Denuncio agresión del Senado de Estados Unidos mediante una enmienda sobre Internet en Cuba, que contribuye al lucrativo negocio de la maquinaria política-subversiva en Florida", ha escrito Rodríguez en Twitter.

En ese sentido, el ministro Rodríguez ha recordado que el bloqueo económico impuesto desde Washington a la isla desde hace seis décadas "es el obstáculo fundamental al acceso libre y soberano del pueblo cubano a Internet".

"La nueva nota informativa del Departamento de Estado confirma que los servicios de comunicación e informática entra Cuba y Estados Unidos, incluyendo Internet, están prohibidos, por ley y por política, salvo excepciones descritas en ella. El bloqueo impide el libre acceso a Internet a los cubanos", ha insistido.

Esta última acotación de Rodríguez va en sintonía con el comunicado emitido el miércoles por el Departamento del Tesoro, que recordó que "la mayoría de las transacciones entre personas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos y Cuba continúan estando prohibidas por el embargo", aunque se permiten "ciertas actividades para apoyar el acceso del pueblo cubano a Internet".

También el miércoles, la Cámara Alta del Congreso de Estados Unidos aprobó una enmienda presentada por los senadores republicanos por Florida Marco Rubio y Rick Scott para "facilitar" a los cubanos el acceso "libre y sin censura" a Internet, previa creación de un fondo de reserva.

Sin embargo desde el Gobierno de Cuba se considera que dicha maniobra no es más que un intento dirigido a subvertir el orden interno de la isla y alentar a la desestabilización. La Habana señala directamente a Washington de alentar las movilizaciones del pasado, una suerte de "revolución de colores", sirviéndose de los grupos más beligerantes que operan desde el estado de Miami.