Actualizado 26/08/2010 19:37

Cuba/EEUU- Bill Richardson confía en que su visita a Cuba allane el camino para la excarcelación del contratista de EEUU


LA HABANA, 26 Ago. (Reuters/EP) -

El gobernador del estado de Nuevo México y ex embajador de Estados Unidos en la ONU, Bill Richardson, se mostró este jueves confiado en que su visita a Cuba pueda allanar el camino a una posible excarcelación de Alan Gross, el contratista norteamericano detenido en La Habana el pasado diciembre acusado de espionaje.

Richardson, en el último día de una visita de negocios a La Habana, afirmó en declaraciones a la cadena CNN que la liberación de Alan Gross por razones humanitarias mejoraría el clima entre ambas naciones que mantienen rotas sus relaciones desde hace cinco décadas.

El político estadounidense reveló que abordó la situación de Gross en tres reuniones sostenidas esta semana con funcionarios cubanos de alto rango y volvería a plantearlo en un encuentro previsto para el jueves.

"Percibo un mejor ánimo, una mejor atmósfera. Hoy voy a estar trabajando duro para ver si puedo sacar al señor Gross", dijo Richardson. "No es seguro que pueda lograrlo. Lo he logrado aquí en el pasado", añadió.

Esta no sería la primera vez que Richardson ejerce como enviado de la Casa Blanca en la isla para este tipo gestiones. En 1996, durante el Gobierno de Bill Clinton, el actual gobernador de Nuevo México se reunió con el entonces presidente Fidel Castro y logró la liberación de tres disidentes presos.

Pero el caso de Gross, de 60 años, parece más complicado. El contratista fue arrestado en diciembre del 2009 en el aeropuerto de La Habana y acusado de ser un espía al servicio de Washington. El mandatario cubano, Raúl Castro, aseveró que el contratista había distribuido teléfonos satelitales a disidentes, violando la ley de la isla relativa a estos asuntos.

Richardson, en cambio, cree que Gross es inocente. "Lo que estoy intentando hacer es convencerlos de que esto sería otro buen paso hacia adelante", explicó.

El Gobierno estadounidense niega que Gross fuera un espía y argumenta que sólo estaba ayudando a grupos judíos a conectarse a Internet. Cuba, por el momento, no ha presentado cargos formales en su contra.

La detención del contratista norteamericano empeoró el clima de tensión entre ambas naciones enemigas, paralizando los tímidos esfuerzos del presidente norteamericano, Barack Obama, por "relanzar" los vínculos con la isla.

Cuba sostiene que el caso de Gross ilustra que, pese a sus promesas, Obama continúa tan comprometido como sus predecesores con socavar el sistema socialista de la isla.

Gross viajó a Cuba contratado por una empresa privada encargada de ejecutar un programa del Gobierno de Estados Unidos destinado a "promover la democracia" en la isla. A pesar de todo, Richardson dijo que la atmósfera mejoró después que Castro anunciará la liberación a 52 presos políticos tras conversaciones con la Iglesia Católica.