Actualizado 12/08/2010 00:33

Cuba.- La madre del disidente Orlando Zapata denuncia nuevas agresiones durante las marchas de las Damas de Blanco


MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

Reina Tamayo, madre del disidente cubano Orlando Zapata que murió en prisión, denunció este miércoles nuevas agresiones de "agentes del Gobierno" contra su persona durante la marcha del pasado domingo de las Damas de Blanco por las calles de La Habana.

"El domingo a las 8.30 de la mañana (14.30 de la tarde en la España peninsular) nos agredieron más de 500 personas, miembros del Ministerio de Interior disfrazados de civiles, de camino a la Iglesia", dijo la mujer a Europa Press en una conversación telefónica.

La disidente participaba junto a sus hijos en una de las tradicionales marchas de las Damas de Blanco --organización formada por familiares de los presos políticos de la llamada Primavera Negra de 2003-- cuando numerosas personas "se avalanzaron" sobre ellos propinándoles varios golpes de distinta gravedad.

"Yo tengo dañadas las dos rodillas, que casi no puedo caminar, porque un hombre me llevó a empujones hasta la puerta de mi casa. A mi hijo José Luis le dieron un tremendo golpe en la cabeza que le provocó dolores durante algunas horas", explicó.

Además, Tamayo denunció la vigilancia a la que les tiene sometidos el régimen liderado por Raúl Castro desde que su hijo Orlando, un preso de conciencia, murió encarcelado el pasado 23 de febrero, convirtiéndose en un nuevo símbolo de la disidencia interna.

"De diario agentes del Gobierno están enfrente de la casa vigilándonos. Incluso uno intentó colarse por el patio de atrás, no sé qué más les queda por hacernos", se lamentó la activista.

En este contexto, la mujer consideró que esta "actuación implacable" de las autoridades cubanas contra la oposición es una muestra más de su debilidad. "El régimen está ya en las últimas y por eso nos quiere hacer un cerco total, para acabar con nosotros", aseveró.

Orlando Zapata falleció el pasado 23 de febrero debido a las condiciones en que se encontraba en prisión y a su delicado estado de salud. Su muerte desencadenó una oleada de críticas a nivel internacional y llevó al periodista Guillermo Fariñas a declararse en huelga de hambre y sed para exigir la liberación de los presos políticos más enfermos.

En medio de este clima de tensiones, el Arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, inició un diálogo con el Gobierno para favorecer la excarcelación de disidentes. Hasta la fecha, estas gestiones han permitido la liberación de 20 presos políticos que, en su mayoría, han viajado a España.