LA HABANA, 28 Dic. (Reuters/EP) -
El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil, ha anunciado este viernes que el Gobierno planea un nuevo ajuste para intentar superar la crisis económica que la isla caribeña sufre desde hace años, debido a las turbulencias internacionales y los problemas en sus aliados tradicionales.
Cuba, como muchos otros países, se vio afectada por la crisis financiera mundial pero, a diferencia de éstos, aún sufre sus efectos porque no ha podido contar con la red de seguridad que le proporcionaba Venezuela en forma de petróleo y dinero a cambio de servicios médicos.
La economía cubana ha experimentado un crecimiento anual del uno por ciento en los últimos tres años, si bien los expertos señalan que necesita hacerlo a un ritmo de entre el cinco y el siete por ciento para recuperarse por completo de la depresión que padeció en los año 90 por la caída de la Unión Soviética.
"El primer objetivo es emitir un plan realista y cumplible bajo el principio de que los gastos se ajusten a los recursos disponibles (...) sin incrementar el endeudamiento externo del país", ha dicho Gil en una sesión de la Asamblea Nacional.
Las empresas estatales, que controlan la actividad económica, comenzaron a retrasar los pagos a proveedores e inversores en 2016. Diplomáticos y empresarios occidentales calculan que la deuda cubana a corto plazo asciende de 1.500 millones de dólares. Los datos oficiales situaron la deuda externa en 15.800 millones de dólares en 2015.
El presidente, Miguel Díaz-Canel, ha dicho ante la Asamblea Nacional que el próximo año se reducirán levemente los pagos atrasados gracias a las medidas de austeridad. "El plan debe ajustarse de inmediato", ha enfatizado. Según sus previsiones, Cuba debería crecer a un 1,5 por ciento en 2019.
Pavel Vidal, ex analista del Banco Central de Cuba que ahora trabaja en la Universidad Jeveriana de Cali (Colombia), ha considerado que la meta de 1,5 por ciento es "razonable" porque el azúcar y el turismo tuvieron un mal momento en 2018.
"Lo más preocupante para 2019 es la crisis de los impagos. Sigue creciendo y los acreedores están perdiendo la paciencia", ha alertado Vidal. "Obtener insumos y créditos en el mercado internacional va a ser más difícil", ha augurado.