Publicado 20/11/2025 01:03

Save the Children alerta de la muerte de niños "a una escala nunca vista" por armas explosivas en la guerra

La ONG dice que "el mundo está siendo testigo de la destrucción deliberada de la infancia" y lamenta la creciente impunidad

Archivo - Un niño amputado en el Hospital Mártires de Al Aqsa, en la ciudad de Deir al Balá, a causa de la ofensiva lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques del 7 de octubre de 2023 (archivo)
Archivo - Un niño amputado en el Hospital Mártires de Al Aqsa, en la ciudad de Deir al Balá, a causa de la ofensiva lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques del 7 de octubre de 2023 (archivo) - Europa Press/Contacto/Rizek Abdeljawad - Archivo

MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Save the Children ha denunciado este jueves que las armas explosivas están causando la muerte de niños "a una escala nunca vista", con casi 12.000 menores muertos o heridos en zonas de conflicto en 2024, un hecho motivado en gran medida por el traslado cada vez mayor de las guerras a las ciudades, lo que supone un 70 por ciento del total de víctimas.

En el informe 'Infancia y lesiones por explosiones: el impacto devastador de las armas explosivas en los niños y niñas', publicado con motivo del Día Mundial de la Infancia, la ONG ha resaltado que el citado porcentaje contrasta con una media del 59 por ciento entre 2020 y 2024 y señala un cambio en la forma en que mueren los niños y niñas en los conflictos modernos.

Las cifras de Naciones Unidas muestran que 4.676 niños murieron y 7.291 resultaron heridos en zonas de conflicto durante el año pasado, para un total de 11.967 víctimas, lo que supone la cifra más alta registrada hasta la fecha, un 42 por ciento por encima de las 8.422 víctimas infantiles documentadas en 2020.

Así, Save the Children ha subrayado que durante décadas, los niños en las zonas de guerra tenían más probabilidades de morir por desnutrición, enfermedades o el colapso de los sistemas sanitarios, pero ahora, ante el aumento de ataques contra escuelas, hogares y hospitales en zonas urbanas, son los explosivos los que están detrás de la mayoría de las víctimas.

La ONG ha recalcado por ello que "las guerras se han vuelto más urbanas, más destructivas y se han caracterizado por una creciente impunidad" y ha añadido que "durante tres años consecutivos, las fuerzas gubernamentales han sido identificadas como las principales responsables, en gran parte debido al uso de armas de amplio alcance en zonas densamente pobladas".

De esta forma, los explosivos fabricados por los Estados causan ahora el 54 por ciento de las muertes y lesiones de civiles, frente al 17 por ciento en 2020, algo que Save the Children afirma que es consecuencia "del fracaso de la comunidad internacional a la hora de exigir responsabilidades a los gobiernos" ante este tipo de acciones en medio de los conflictos.

Narmina Strishenets, asesora principal de conflictos y defensa humanitaria de Save the Children en Reino Unido y autora principal del informe, ha sostenido que "el mundo está siendo testigo de la destrucción deliberada de la infancia, y las pruebas son innegables".

"Los niños están pagando el precio más alto en las guerras actuales, no solo a manos de los grupos armados, sino también por las acciones de los gobiernos que deberían protegerlos", ha dicho, antes de denunciar que "los misiles caen donde los niños duermen, juegan y aprenden, convirtiendo los lugares que deberían ser los más seguros, como sus hogares y escuelas, en trampas mortales".

"Las acciones que antes eran condenadas por la comunidad internacional y provocaban la indignación mundial ahora se descartan como 'el precio de la guerra'. Esa rendición moral es uno de los cambios más peligrosos de nuestro tiempo", ha lamentado Strishenets. "Estamos viendo cómo se desmoronan las reglas de la guerra. Si aceptamos esto como algo normal, estamos aceptando un mundo en el que la propia infancia está siendo atacada", ha explicado.

"AUMENTO DEVASTADOR" DE LAS VÍCTIMAS INFANTILES

El informe recoge que entre 2020 y 2024 hubo cerca de 50.000 víctimas infantiles, mientras que la muerte o mutilación de niños supone el 30 por ciento de todas las violaciones graves contra la infancia, la principal categoría única.

Asimismo, ha especificado que los conflictos más mortíferos durante este año han sido los que afectan a los Territorios Palestinos Ocupados, Sudán, Birmania, Ucrania y Siria, la mayoría de ellos por armas explosivas, antes de recalcar que "Gaza tiene ahora el mayor número de niños amputados en la historia moderna".

El director ejecutivo de Save the Children en Reino Unido, Moazzam Malik, ha lamentado por ello que "los niños están entre los principales afectados por el conflicto moderno" y ha puntualizado que "este informe refleja el balance devastador que las armas explosivas tiene sobre sus vidas, futuros y comunidades". "Detrás de cada dato hay niños que nunca volverán a andar, que han perdido a sus padres, cuyas escuelas están en ruinas y cuyo sentido de seguridad ha sido roto".

"Antes, las víctimas de los conflictos eran en su mayoría combatientes adultos. Hoy, sin embargo, la extrema violencia de la guerra afecta cada vez más a la población civil, incluidos los niños, a una escala y con una brutalidad que va mucho más allá de las líneas del frente: cráneos fracturados, amputaciones traumáticas y quemaduras tan complejas que la recuperación puede durar años, en caso de que tenga lugar", ha relatado.

Así, ha remarcado que "estas no son tragedias distantes o aisladas, sino la realidad diaria de niños vulnerables cuyo sufrimiento requiere una acción urgente y rendición de cuentas". "El Derecho Internacional Humanitario fue establecido para proteger a los civiles en conflictos, con cláusulas especiales sobre la vulnerabilidad particular de los niños, pero está siendo ignorado de forma sistemática", ha criticado.

"Cada ataque contra un lugar de aprendizaje o curación representa una fracaso de la conciencia. Se están traspasando los límites de lo que se considera aceptable en un conflicto. Sin una acción urgente por parte de la comunidad internacional, los conflictos corren el riesgo de convertirse en una anarquía total donde nada está prohibido. No podemos permitir que esto se convierta en la nueva normalidad", ha explicado.

LESIONES "DEVASTADORAS"

En esta línea, Paul Reavley, médico especialista en urgencias pediátricas y cofundador y presidente de la Paediatric Blast Injury Partnership, ha recordado que "los niños son mucho más vulnerables a las armas explosivas que los adultos". "Su anatomía, fisiología, comportamiento y necesidades psicosociales hacen que se vean afectados de manera desproporcionada", ha alertado.

"Muchos no sobreviven hasta llegar al hospital, y los que lo hacen se enfrentan a un riesgo de muerte mayor que los civiles adultos en cualquier sistema sanitario", ha subrayado, antes de agregar que estos niños "a menudo sufren múltiples lesiones graves que requieren un tratamiento complejo y cuidados de por vida".

"Sin embargo, la mayoría de las respuestas sanitarias a los conflictos están diseñadas para adultos, pasando por alto las necesidades específicas de los niños y niñas. Los supervivientes se enfrentan a dolor crónico, discapacidad, trauma psicológico y estigma que pueden durar toda la vida", ha explicado.

De esta forma, Reavley ha insistido en que "las lesiones por explosiones son devastadoras para la infancia y suponen un enorme reto para los trabajadores sanitarios que la tratan". "Debemos dotar a los médicos de los conocimientos, las habilidades, la resiliencia mental y las instalaciones necesarias para atender a los niños y niñas más gravemente heridos del mundo", ha defendido.

Save the Children ha insistido en que las protecciones para los niños en contextos de guerra "se están derrumbando" y ha reseñado que "a pesar de las pruebas cada vez más evidentes de ataques indiscriminados, la rendición de cuentas es casi inexistente", motivo por el que ha pedido a los líderes que "dejen de utilizar armas explosivas en zonas pobladas", "apliquen políticas militares y políticas más estrictas para proteger a los niños y niñas en los conflictos" e "inviertan en asistencia a las víctimas, investigación y rehabilitación de los niños afectados por lesiones causadas por explosiones".

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