Actualizado 08/10/2015 16:30

Las decisiones contra Rousseff también afectan al futuro político de Lula

   RÍO DE JANEIRO, 8 Oct. (Notimérica) -

   La decisión del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de reprobar al Gobierno de Dilma Rousseff por irregularidades en el presupuesto de 2014 también afecta indirectamente al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y a su futuro político de cómo hipotético candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de 2018.

   Lula es el mentor de Rousseff y a pesar de que no tiene ningún cargo en el Gobierno es su más estrecho colaborador, por lo que todos los factores negativos que caen sobre la presidenta repercuten inmediatamente sobre él.

   La influencia que aún ejerce sobre el Gobierno ha quedado patente con la última reforma ministerial, ya que muchos analistas consideran que el nuevo Ejecutivo es más 'lulista', pues por ejemplo en la Casa Civil -organismo equivalente al primer ministro- Rousseff ha colocado a Jaques Wagner, hombre de confianza de Lula.

   La imagen del ex presidente se ha deteriorado mucho en los últimos meses debido al escándalo de Petrobras y a las dificultades de Rousseff para lidiar con la crisis económica, política e institucional que atraviesa Brasil, a pesar de lo cual Lula ha dejado entrever en varias ocasiones que será el candidato del PT en 2018.

   Internamente hay un consenso de que Lula es la única figura en el partido que podría 'salvar' al PT de un escenario que se presenta muy complicado, pero a medida que pasa el tiempo la gestión de Rousseff ensombrece las posibilidades de Lula de volver a la presidencia, donde ya estuvo entre 2003 y 2010.

   Los partidos de la oposición resaltan que cuando se gestó el escándalo de Petrobras Lula presidía Brasil y Rousseff era ministra de Minas y Energía -y presidenta del Consejo de Administración de la Estatal- por lo que, como mínimo, deberían estar al corriente de lo que sucedía.

   Además, Lula está siendo investigado por el Ministerio Público Fiscal por supuesto delito de tráfico de influencias, al interceder a favor de la empresa constructora Odebrecht para conseguir que cerrara contratos en varios países de América y África.

   Si hasta hace poco Lula era un líder de consenso aclamado por todos una encuesta del Instituto Brasileño de Opinión (Ibope) divulgada en julio certificaba u caída de popularidad; ya que en un eventual segundo turno de las elecciones Lula caería derrotado frente a Aécio Neves -el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB-, por 33% a 48% de los votos.