Actualizado 23/05/2018 08:59

De la desafección al abstencionismo: por qué la juventud colombiana decide no votar

Elecciones Colombia
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   BOGOTÁ, 23 May. (Notimérica) -

   El abstencionismo se ha convertido un continuo en los comicios iberoamericanos, más aún entre los más jóvenes y, sobre todo, entre la juventud colombiana, un colectivo que se caracteriza por unos altos niveles de desafección política.

   Colombia es uno de los países de la región con menor porcentaje de participación electoral. El plebiscito para la refrendación del Acuerdo de Paz, celebrado el pasado 2 de octubre, tan solo contó con el 38 por ciento de participación, apatía que se vio reflejada sobre todo en la juventud.

   La politóloga colombiana Lina Guisao ha explicado este fenómeno partiendo de que "aunque hay una juventud preocupada por los problemas del país, la mayoría no cree que las cosas se solucionan con el voto". Sospecha que, de cara a las elecciones presidenciales que el país celebrará el próximo domingo 27 de marzo, la abstención será cercana al 50 por ciento.

   Sobre este fenómeno, la candidata a la cámara de representantes por Bogotá, Juanita Goebertus, ha declarado que "uno de los retos que tenemos en Colombia es que los jóvenes salgan a votar, queremos que dejen de pensar que la política es aburrida, que no convoca".

   "Yo creo que cada vez se abren más puertas para que los jóvenes dejemos de quedarnos detrás del computador y la indignación por el tweet, y demos el salto definitivo para asumir responsabilidades y apostar a las transformaciones dentro del Estado", ha añadido Goebertus, en un tono optimista. Guisao, sin embargo, es más escéptica.

   A pesar de tener una pirámide de población positiva, en la que la población joven y activa en lo laboral es superior a aquella dependiente, compuesta por niños y ancianos, este segmento mayoritario de la población no se involucra en la política.

   "En Colombia ese 50 por ciento que históricamente participa en los comicios son personas adultas, son gente mayor que va juiciosamente a ejercer su voto. Aquí la torta está repartida y por eso, quien busque un cambio, debe apostarle muy fuerte a los jóvenes y estos no son tan fáciles de convocar", ha declarado la politóloga.

LA EXPLICACIÓN DE LA DESAFECCIÓN

   El problema de la escasa participación electoral de la juventud colombiana proviene, según ha explicado Guisao, de las elecciones de 2010, cuando las encuestas otorgaban la victoria a Atanas Mockus, candidato alejado de los partidos tradicionales, sobre Juan Manuel Santos, quien finalmente salió victorioso.

   Este resultado desilusionó a una juventud que se había volcado de lleno en la camapaña de Mockus. "Si bien tenemos a algunos herederos de esa 'ola verde', ya no existe la misma conexión. Es que fue muy duro admitir que el país estuvo a punto de tener un cambio importante y al final no se pudo. Fue como si aterrizáramos de golpe y alguien nos dijera 'despiértese, mijo, acuérdese que está en Colombia'. Hubo mucha esperanza e igual perdimos", ha explicado Guisao.

   Si bien han dejado a un lado la vía electoral por considerarla poco efectiva, la generación conocida como 'milennial' ha optado por otras formas de hacer política, como puede ser el activismo social. Sobre esto la politóloga colombiana se muestra más optimista, apuntando que "yo creo que los verdaderos cambios se pueden dar por fuera del Estado y más allá de las elecciones. Son procesos más lentos e imperceptibles, pero más duraderos y los 'pelados' --la población joven-- están más dispuestos a ellos".

LAS CIFRAS DE LA ABSTENCIÓN

   La desafección de la juventud colombiana a la política no es solo una percepción subjetiva, cuenta con datos que la respaldan. El Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) ha llevado a cabo un estudio en el que determina que existen cuatro variables a la hora de comprender fenómeno abstencionista: desigualdad social, cultura de participación, control fáctico del Estado y comunicación entre gobernados y gobernantes.

   En el caso de Colombia, el segundo más desigual de Iberoamérica, la norma se cumple. En los últimos tres periodos electorales la participación ha estado por debajo de la media, que se ubica en el 51 por ciento teniendo en cuenta el periodo 1942-2014: 45,05 por ciento en 2006; 44,33 por ciento en 2010 y 47,89 por ciento en 2014.

   La desafección estructural existente en Colombia se suma a la desaprobación que cosecha el presidente Santos, quien ha alcanzados mínimos históricos de aprobación, ubicados en el 14 por ciento, según ha publicado 'Rusia Today'.

   La situación económica y social de la juventud colombiana tampoco anima a su participación. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), uno de cada cinco jóvenes está desempleado, se ha registrado un aumento en la población entre los 14 y los 25 años que ni estudia ni trabajo y, según cifras de Medicina Legal, los jóvenes representan más del 40 por ciento de las víctimas de homicidio.

   "En Colombia, las viejas maquinarias están adueñadas de las elecciones y, en definitiva, la política electoral no es algo que nos convoque, no es un fenómeno joven", ha declarado Guisao, consciente de la situación.

   Presumiblemente, el próximo domingo muy pocos jóvenes colombianos acudirán a las urnas en los comicios presidenciales, una situación que hace cojear el sistema y preguntarse qué es lo que la clase política debería hacer para conectar con el futuro del país.