Publicado 21/05/2016 09:59

¿Hacia dónde se dirige Brasil?

Michel Temer
REUTERS

   BRASILIA, 21 May. (Notimérica) -

   Desde que Michel Temer asumiera la presidencia interina del ejecutivo brasileño, los principales empresarios y banqueros del país no han dejado de exigir resultados a corto plazo.

   La crisis por la que pasa el país más grande de Iberoamérica es una de las peores de su historia. Los expertos prevén una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de hasta un 4 por ciento para este año, unos datos poco alentadores ya que supondría que Brasil, por primera vez desde 1930, pasaría dos años consecutivos en recesión.

   El presidente interino, Michel Temer, debe hacer frente además a múltiples retos, entre los que no puede olvidar los retos sociales. Uno de los puntos más criticados de cara a su reciente llegada a la presidencia es el "poco" interés que Temer muestra hacia los programas sociales.

   A pesar de que Temer se esforzó en insistir en que ni 'Bolsa Familia', ni 'Minha Casa, Minha Vida' --los dos programas sociales bandera del Partido de los Trabajadores (PT)-- desaparecerían, lo cierto es que el mandatario interino no especificó en qué condiciones los mantendrá.

   En Brasil se esperan recortes radicales al sistema de ayudas sociales introducido por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y continuado por Rousseff. Estos programas gozan de una gran popularidad entre la población de renta baja del nordeste del país, ya que con ellos el PT consiguió sacar a Brasil del mapa del hambre de la FAO.

   La primera medida anunciada por Temer fue la eliminación de al menos 4.000 empleos públicos hasta el próximo 31 de diciembre, el 25 por ciento de la plantilla de cada Ministerio. Además, el ministro de Sanidad anunció la falta de fondos para afrontar algún tipo de subsidio y que incluso algunas ayudas podrían sufrir limitaciones. Es el caso de la llamada Farmacia Popular, que prevé una serie de descuentos sobre los medicamentos más populares, y el SAMU, que solo cuenta con presupuesto hasta el próximo agosto.

   Sin embargo, para los expertos la tarea más urgente es revertir la trayectoria al alza de la deuda pública, que alcanza el 67 por ciento del PIB. El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura que este dato podría alcanzar el 90 por ciento del PIB en 2021. Brasil tiene actualmente el peor dato de todo el continente, incluso por encima de Venezuela y de Argentina.

   Antes de llegar a la presidencia interina, Temer anunció que una de sus prioridades sería la creación de empleo. Ante esto, se aprobó en el Parlamento el pasado 22 de abril la Ley de Tercerización, que reduce el coste del trabajo para los empresarios y abarata el despido.

   Por lo pronto, los sindicatos se han quejado de dicha medida, considerando que el Gobierno plantea precarizar el trabajo en Brasil.

   A esto hay que sumarle la delicada coyuntura política que hay tras la salida de Rousseff de su cargo. Al igual que esta, Temer cuenta con las sospechas de corrupción que ensombrecen a su Gobierno. El nuevo presidente también enfrenta un proceso de 'impeachment' iniciado en la Corte Suprema. Además, siete ministros recién nombrados están investigados por corrupción.

   Tras las críticas que recibió por la ausencia de mujeres en el gabinete de ministros, Temer creó una Secretaría Nacional de Cultura vinculada a la Presidencia, para cuyo cargo se barajan nombre femeninos.

   Para liderar la secretaría se baraja el nombre de Adriana Rattes, exsecretaria de Cultura del estado de Río de Janerio y ligada al Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer.