QUITO, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ministra ecuatoriana de Asuntos Exteriores, María Isabel Salvador, aseguró hoy que las relaciones con Brasil no se han visto afectadas por la expulsión de Ecuador de la constructora Odebrecht, después de que la prensa ecuatoriana informara hoy de que el caso había perjudicado a la relación con Brasilia.
Según Salvador, la expulsión de Odebrecht tras detectarse irregularidades en los contratos firmados con el Estado ecuatoriano sólo ha tenido un impacto "relativamente pequeño" en las relaciones bilaterales con Brasil y de hecho siguen en marcha los dos principales proyectos conjuntos: la adquisición de aviones Super Tucano para el Ejército ecuatoriano y la construcción de un eje comercial que una los puertos de Manta y Manaos.
"El presidente 'Lula' fue muy claro en decir: nosotros respetamos las decisiones de Gobierno ecuatoriano en relación a una empresa que ha incumplido de una manera muy importante sus contratos, podemos entenderlo y no vamos a intervenir en este tema", afirmó Salvador, en referencia al mensaje que habría transmitido el presidente brasileño, Luis Inacio 'Lula' da Silva, a su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, durante la visita de este último a Brasil recientemente.
Según la canciller ecuatoriana, la preocupación de Lula se centraba en la situación de los funcionarios de la constructora, a los que se dio un plazo de 48 horas para abandonar el país, y precisó que las tensiones surgieron a raíz de las informaciones aparecidas en la prensa brasileña, que reclamaban al Gobierno que interviniera en favor de Odebrecht.
"En la práctica, Ecuador y Brasil, aparte de este hecho específico y puntual, no tenemos ninguna otra situación de tensión", declaró Salvador a la emisora Radio Centro, después de que el diario 'El Comercio' afirmara hoy que lo ocurrido con la constructora brasileña "puso a trastabillar" la relación entre Ecuador y Brasil.
Según el diario, que cita una fuente en Brasil, "los gestos ecuatorianos de dureza durante la expulsión provocaron una valoración negativa en la opinión pública" brasileña que generó "un desgaste en la imagen del Gobierno brasileño" y puso "en una situación difícil a Lula".
Sin embargo, según la canciller, el de Odebrecht fue un programa "contractual" entre el Estado ecuatoriano y una empresa brasileña, por lo que, añadió, se deben analizar las cosas de modo objetivo e ir "más allá de las declaraciones" que pueden ser malinterpretadas. "Creo que estamos haciendo una tormenta en un vaso de agua", añadió.
En este sentido, dijo que la anulación de la visita del ministro de Transporte brasileño a Ecuador "fue como una decisión que tomó el Gobierno brasileño a raíz de esta circunstancia", pero subrayó que "era una primera reunión básicamente de coordinación, en donde se iban a encontrar los ministros de Transporte de Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil".
Por otra parte, calificó de "gran falsedad" la información aparecida en la prensa ecuatoriana de que el contrato para la adquisición de los Super Tucanos "está paralizado". "No se ha paralizado absolutamente nada y en la práctica no se ha paralizado ninguno de los temas en los que venimos trabajando con Brasil", remachó.