QUITO, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha asegurado que los medios de comunicación se han convertido en sus "mayores adversarios" por haber emprendido una "campaña negativa y mentirosa" contra su Gobierno y la consulta popular que se realizará el próximo 7 de mayo.
"Nuestros mayores adversarios son los medios de comunicación, que cada día nos sacan un nuevo escándalo", ha afirmado Correa, al poner como ejemplo la publicación de un medio local que afirma que, en caso de que en el referéndum se decida prohibir los juegos de azar, quedarán sin empleo unas 25.000 personas.
"Eso es absurdo. Los casinos y salas de juego no emplean a más de 2.000 personas", ha expresado, al asegurar que su Gobierno dejará "solos" a esos trabajadores a los que ofrecerá créditos especiales o reubicará en otros empleos.
Correa ha advertido de que a medida que se acerque la fecha de la consulta, "los incidentes generados por la oposición" aumentarán y los medios de comunicación continuarán haciéndose eco de esa supuesta campaña de desprestigio.
El referéndum que se celebrará el próximo 7 de mayo consta de diez preguntas, de las cuales cinco son enmiendas a la Constitución y las otras abarcan cuestiones generales. Entre los temas que se someterán a consulta figuran la reforma del Poder Judicial, la prohibición de algunos juegos de azar, la suspensión de espectáculos en los que se maltraten animales, la regulación del enriquecimiento ilícito y el control estatal de algunas actividades de los medios de comunicación.
La pregunta más polémica es la número nueve, la cual propone que la Asamblea Nacional apruebe una Ley de Comunicación para crear un Consejo de Regulación que controle la difusión de contenidos en la televisión, la radio y las publicaciones de prensa escrita, a fin de eliminar los mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios, y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores.
Correa ha dicho en otras ocasiones que no le interesa controlar los medios de comunicación ni nacionalizar la prensa privada, pero ha dejado claro que no permitirá que las cadenas, las emisoras y los periódicos digan y hagan "lo que les da la gana" sin responsabilizarse de sus actos.