Actualizado 01/10/2010 19:21

El ex jefe de la Policía sospecha que hubo infiltrados


QUITO, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -

El ya ex comandante de la Policía ecuatoriana Freddy Martínez ha explicado este viernes que no dimitió ayer porque consideró que no era "oportuno" y ha expresado su sospecha de que entre los agentes que se manifestaron contra el presidente Rafael Correa e incluso llegaron a agredirle había "infiltrados". Según la agencia oficial ANDES, le sustituirá Florencio Ruiz.

Martínez ha presentado hoy su renuncia. El responsable policial ha defendido que "un comandante que ha sido agredido e irrespetado por sus subalternos no puede seguir al frente de la institución" y ha aclarado que no dimitió ayer porque pensó que no era lo correcto.

"Ayer fue un día lamentable, caótico, crítico, hubo desorden por doquier", ha lamentado. "Quise ayer presentar mi renuncia, pero pensé que no era el momento oportuno (porque) la situación era crítica" y "estaba de por medio la seguridad del presidente", ha afirmado, explicando así que aplazara su decisión hasta después de que Correa pudo regresar a su residencia.

Por otra parte, ha considerado que no todos los que se manifestaron contra el presidente eran policías. "Me temo que hubo gente infiltrada con la intención de desestabilizar a la Policía y ahí encontramos a pseudopolicías cubiertos la cara, escondiéndose en el anonimato como lo hacen personas que están al margen de la ley", afirmó. "Yo presumo que no fueron policías porque los verdaderos policías damos la cara", dijo.

Así las cosas, Martínez, que lamentó la pérdida de vidas humanas, así como los heridos tanto entre los policías como militares y civiles, aprovechó para pedir al presidente que revise la Ley de Servicio Público que, en su opinión, sí afecta a los uniformados, cuyas funciones, dijo, no son similares a las de los servidores públicos.

La modificación de esta ley, con la consiguiente supresión de algunas bonificaciones y condecoraciones a los policías, fue el detonante, presuntamente, de la protesta protagonizada ayer por los agentes, que se hicieron con el control de varias comisarías y otras instalaciones oficiales, así como el Aeropuerto Internacional de Quito.

"Que mi renuncia sirva para que la gente que quería subvertir la tranquilidad de los policías no encuentre asidero en ese camino", ha confiado Martínez, ya para que "las cosas vuelvan a su cauce normal y los policías salgamos a trabajar, salgamos a la calle a cumplir la misión encomendada por las instituciones, a velar por los interés de la seguridad y tranquilidad ciudadana".