Actualizado 09/02/2006 12:48

Ecuador/Sáhara.- Ecuador restablece relaciones diplomáticas con la RASD


MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

Ecuador y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) anunciaron ayer el restablecimiento de relaciones diplomáticas, según indicaron ambos Gobiernos en un comunicado firmado por los ministros de Asuntos Exteriores ecuatoriano, Francisco Carrión, y saharaui, Mohamed Salem Ould Salek.

Ecuador ya había reconocido diplomáticamente a la RASD en 1983, aunque años después dejó sin efecto dicho reconocimiento. Con este anuncio, la entidad saharaui logra ser reconocida por otro país del continente americano.

Ambas partes indicaron en su comunicado que la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas está inspirada "por los principios y objetivos de la Carta de la Organización de Naciones Unidas y en conformidad con la Convención de Ginebra sobre relaciones diplomáticas", así como basada "en los lazos de amistad y cooperación entre los dos pueblos y Gobiernos".

Por su parte, el Ejecutivo de Quito subraya que con esta decisión afirma "el carácter universal de su política exterior, así como su respeto al derecho de libre determinación de los pueblos y a la igualdad jurídica de los Estados, en tanto que pilares de paz, seguridad y cooperación en las relaciones internacionales".

El pasado 27 de diciembre, Uruguay reconoció diplomáticamente a la RASD, según un comunicado conjunto firmado en Montevideo por el ministro uruguayo de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano, y su homólogo de la RASD, Mohamed Salem Ould Salek.

Ello motivó una rápida reacción diplomática por parte de Marruecos que se materializó a finales de enero con una gira del primer ministro, Dris Jettu, a Honduras, El Salvador y Guatemala, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, visitó en las mismas fechas Paraguay, Brasil, Colombia, Perú y Argentina para reforzar las relaciones bilaterales con estos países iberoamericanos.

La autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática es reconocida diplomáticamente en la actualidad por alrededor de medio centenar de países, según los datos de los que dispone la Asociación de apoyo a un Referéndum en el Sáhara Occidental (ARSO).

La mayoría de estos países son del continente africano y Latinoamérica, quienes dieron su apoyo a la RASD en los primeros años tras su fundación el 27 de febrero de 1976, un día después de la salida oficial de España del territorio saharaui.

Pasados treinta años de este paso, la RASD ha cosechado varios éxitos diplomáticos en los últimos años al lograr el apoyo de dos de los referentes políticos de África: Sudáfrica en septiembre de 2004 y Kenia en junio de 2005. A ellos se han unido Uruguay y Ecuador, que se suman por tanto al reconocimiento diplomático de otros países iberoamericanos como Bolivia, Costa Rica, Cuba, México, Panamá o Venezuela.

La dirección de la RASD cuenta con una docena de Embajadas en Argelia (principal apoyo de los saharauis), Angola, Costa Rica, Cuba, Etiopía, México, Mozambique, Nigeria, Kenia, Panamá, Sudáfrica y Tanzania.

POSICIÓN ESPAÑOLA

Por su parte, España ha defendido desde su salida del Sáhara que no puede reconocer diplomáticamente a la RASD ya que aún no ha concluido el proceso de descolonización ni se ha acordado el estatus final del Sáhara.

El Gobierno socialista reafirmó recientemente que en la Declaración de Madrid del 14 de noviembre de 1975 no traspasó la soberanía de la hasta entonces colonia, aunque reconoció que Marruecos es en la actualidad la potencia administradora del territorio ya que ejerce la administración "de facto y sin contestación oficial de Naciones Unidas".

En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, advirtió de que la mejor manera de defender a los saharauis no es haciendo que España se ponga "en cabeza de una campaña internacional a favor de la independencia del Sáhara".

"Esta posición no es sostenible. España no puede tomar partido, ningún Gobierno español lo ha hecho, por una opción concreta de las varias teóricamente resultantes del ejercicio del derecho de autodeterminación, pues ello equivaldría a prejuzgar y vaciar de contenido el referéndum", afirmó el jefe de la Diplomacia a finales de agosto.