MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha defendido este martes la renuncia de su Administración a sancionar a la empresa del gasoducto Nord Stream 2 y su director, sobre lo que ha reiterado que "imponer sanciones ahora" sería "contraproducente".
Biden ha respondido a cuestiones de los periodistas, incidiendo en que el proyecto del polémico gasoducto "está casi terminado", por lo que no merece la pena imponer sanciones, si bien ha recordado que se opuso al mismo "desde el principio", informa el medio estadounidense 'The Hill'.
"Seguir adelante e imponer sanciones ahora, creo que es contraproducente en términos de nuestras relaciones europeas", ha manifestado también el mandatario.
El Gobierno de Estados Unidos renunció oficialmente a las sanciones contra la empresa que supervisa la producción del gasoducto y su director la semana pasada.
El Departamento de Estado envió un informe al Congreso diciendo que era de interés nacional renunciar a las medidas punitivas contra la empresa suiza Nord Stream 2 AG y su director ejecutivo alemán, Matthias Warnig, así como contra cuatro funcionarios corporativos más de la compañía.
Entre las causas para adoptar esta decisión está también que el proyecto está acabado al 95 por ciento, y que para frenarlo, Estados Unidos debería sancionar directamente a Alemania, ya que el gas llegará desde Rusia a Berlín, uno de los mayores aliados de Washington.
El Gobierno de Alemania se sintió aliviado por la noticia. Berlín estaba cada vez más preocupado porque un nuevo comienzo de las relaciones entre Estados Unidos y Alemania, después de que se desplomaron bajo el expresidente Donald Trump, se vieraa ensombrecido por el desacuerdo en curso sobre el gasoducto, señala la agencia Bloomberg.
PROYECTO
El proyecto Nord Stream 2 pretende poner en marcha un gasoducto que transportaría hasta 55.000 millones de metros cúbicos de gas natural por año desde Rusia a Alemania, pasando por las aguas territoriales o las zonas económicas exclusivas de Dinamarca, Finlandia, Alemania, Rusia y Suecia.
Desde el inicio, Estados Unidos se ha opuesto al proyecto, argumentando que supondría una mayor influencia de Moscú en Europa, mientras que los defensores el proyecto acusan a Washington de estar preocupado por perder ventas en Europa de gas y por eso abanderar una oposición tan ferviente. Varios países europeos como Polonia, Letonia y Lituania también se oponen al Nord Stream 2.