Actualizado 23/05/2012 15:14

El director del Servicio Secreto de EEUU afirma que no hubo brechas de seguridad en Cartagena

WASHINGTON (Reuters/EP)

El director del Servicio Secreto de Estados Unidos, Mark Sullivan, ha afirmado que el escándalo que involucró a empleados de este organismo con prostitutas en Colombia durante la Cumbre de las Américas celebrada en abril pasado no generó brechas en la seguridad ni se trata de un comportamiento que refleje los principios éticos de la agencia.

En el discurso que prevé ofrecer este miércoles ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado, obtenido el martes por Reuters, Sullivan ha defendido la cultura de la institución asegurando que sus trabajadores están entre los más dedicados y "sacrificados" del Gobierno federal.

Sin embargo, ha señalado que ha ordenado una revisión a fin de diseñar un "plan de acción" para reforzar las pautas de conducta profesional en la agencia.

Empleados del Servicio Secreto y personal militar llevaron a sus habitaciones de hotel a 21 mujeres, algunas de ellas prostitutas, antes de la llegada a la ciudad de Cartagena del presidente estadounidense, Barack Obama, por la Cumbre que se celebró del 13 al 15 de abril.

Sullivan ha comentado que el personal del Servicio Secreto que viajó a Colombia antes de la cumbre iba a ser informado de su cometido el 12 de abril, un día después de los polémicos hechos. "Por lo tanto, en el momento en que ocurrió la mala conducta, ninguno de los individuos involucrados había recibido información específica de protección, documentos delicados de seguridad, armas de fuego, radios u otro equipamiento relativo a la seguridad en sus habitaciones de hotel", ha sostenido.

Asimismo, ha resaltado que el plan de seguridad para la cumbre no se vio comprometido ni hubo incidentes negativos relacionados con la seguridad.

Nueve agentes del Servicio Secreto estuvieron involucrados en los actos de mala conducta en Colombia, pero Sullivan destaca que ellos eran solo una parte de los 200 empleados de la agencia que había en el país en ese momento. Tres fueron liberados de las acusaciones más graves. Ha estimado, además, que la mala conducta "no es representativa de los elevados principios éticos que exigimos a nuestros casi 7.000 empleados".

Cuatro empleados involucrados han decidido luchar contra su despido en un tribunal, pues han afirmado que la agencia los ha convertido en chivos expiatorios por un comportamiento que había sido tolerado siempre y cuando no causara problemas, según informó el martes el diario 'Washington Post'.