MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades del estado de Oklahoma, en Estados Unidos, han llevad a cabo la primera ejecución de un preso desde el año 2015, aunque esta no ha sido limpia y tras la inyección el condenado ha vomitado y convulsionado.
El proceso ha constado de la administración de tres fármacos, aunque dosis del primero de ellos --Midazolam-- ha provocado que el preso condenado, John Grant, haya comenzado a convulsionar casi de inmediato, apunta la cadena estadounidense CNN.
Unos instantes más tarde, ya con Grant declarado inconsciente por el médico de la sala, se le han administrado las dosis del segundo y del tercer fármaco, que han acabado con la vida del preso en cuestión de minutos.
Esta ha sido la primera ejecución que se ha llevado a cabo en el estado de Oklahoma desde enero del año 2015, aunque para septiembre de aquel año estaba programada la pena máxima para otro recluso que finalmente no perdió la vida debido a que la entonces gobernadora, Mary Fallin, pidió que se pospusiera.
Esta semana, el Departamento de Correcciones de Oklahoma ha trasladado que "tras invertir muchas horas en la revisión de políticas y prácticas para garantizar que las ejecuciones se llevan a cabo de manera humana, eficiente (...) el Departamento está dispuesto a reanudar las ejecuciones".
El organismo ha defendido también el uso de tras dosis de fármacos, pues lo considera un método "humano y eficaz", y ha anunciado que ya ha contactado con un suministrador de las medicinas en cuestión necesarias para llevar a cabo "todas las ejecuciones programadas".