MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -

   Estados Unidos ha instado a "respetar la legitimidad y la integridad" del proceso judicial contra el ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt, que el pasado viernes fue condenado a 80 años de cárcel por genocidio y crímenes contra la Humanidad.

   A través de un breve comunicado, la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de Guatemala ha instado a "canalizar cualquier discrepancia que se tenga (con esta sentencia) por medio de los canales legales existentes".

   La sede diplomática estadounidense ha considerado que "este juicio refleja la capacidad de la justicia guatemalteca de llevar a cabo un proceso judicial en situaciones sumamente complejas y sensibles", de acuerdo con el diario 'Prensa Libre'.  

   "El país entero ha escuchado mientras las víctimas contaron lo que han esperado más de 30 años para contar en un tribunal de justicia, mientras los acusados han articulado con vigor sus argumentos", ha argumentado.

   Además, ha estimado "significativo recordar que Guatemala, como país, no ha estado bajo juicio, sino solamente dos individuos, de los cuales uno ha sido condenado y otro ha sido absuelto".

   Estados Unidos ha sostenido que este fallo "da la oportunidad de avanzar hacia una reconciliación verdadera". "Es un paso esencial para que el pueblo guatemalteco siga progresando como todos esperan", ha concluido.

LA CONDENA

   El pasado viernes, el Tribunal de Mayor Riesgo condenó a Ríos Montt a 80 años de prisión inconmutables por la muerte de 1.771 ixiles a manos del Ejército entre 1982 y 1983, el periodo más sangriento de la guerra civil guatemalteca (1960-1996).

   La presidenta del Tribunal de Mayor Riesgo, Jazmín Barrios, declaró a Ríos Montt culpable de los cargos de genocidio, por el que cumplirá 50 años de cárcel, y de crímenes contra la Humanidad, con una condena de 30 años de prisión.

   Barrios ha argumentado que resulta "inexplicable" que Ríos Montt permitiera la masacre indígena, concluyendo que su objetivo era "la desaparición física del área ixil" a través de "planes elaborados", no de "acciones espontáneas", como alegaba la defensa.  

   No obstante, el Tribunal de Mayor Riesgo decidió absolver al ex jefe de Inteligencia Militar José Mauricio Rodríguez Sánchez de ambos cargos al considerar que "no tuvo injerencia en el campo de operaciones".

PROCESO JUDICIAL

   El juicio contra Ríos Montt arrancó el pasado 19 de marzo, pero un mes después fue anulado como consecuencia de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de revocar la recusación contra la jueza instructora Carol Flores, lo que obligó a retrotraer hasta ese momento todas las actuaciones procesales.

   Flores fue apartada del caso el 23 de noviembre de 2011 después de que la Sala Primera de Apelaciones admitiera la recusación presentada por la defensa del ex militar Héctor Mario López Fuentes, alegando que era parcial, pero el Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh) presentó un amparo.

   El titular del Juzgado Primero B de Mayor Riesgo, Miguel Ángel Gálvez, quedó a cargo de la instrucción del caso y, tras concluir con la misma, ordenó la apertura del juicio oral en el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, presidido por Barrios.

   Finalmente, el juicio se reanudó el pasado 30 de abril, después de que la Corte Constitucional se pronunciara en contra de la anulación y ordenara enviar de nuevo el expediente a Barrios para que siguiera con el proceso judicial.

DOS ERRES

   Ríos Montt también responde por la matanza de Dos Erres, perpetrada el 7 de diciembre de 1982, en la que 201 personas, la mayoría mujeres y niños, murieron a manos de un grupo de 17 'kaibiles' --miembros de las fuerzas de élite-- y 40 soldados.

   Hasta ahora, cinco de los uniformados que participaron en la matanza de Dos Erres han sido condenados a 6.060 años de prisión cada uno, aunque se trata de una pena simbólica porque la legislación guatemalteca no permite pasar más de 50 años en la cárcel.

   Una Comisión de la Verdad, respaldada por Naciones Unidas, ha concluido que Ríos Montt cometió una media de 800 asesinatos mensuales en los 17 meses que gobernó Guatemala entre 1982 y 1983, el periodo más sangriento de la guerra civil (1960-1996).