Publicado 24/05/2025 10:00

Los jóvenes progresistas del Partido Demócrata de EEUU preparan un órdago para reclamar el poder en 2026

Archivo - February 14, 2022: Parkland shooting survivors Emma Gonzalez, David Hogg and Cameron Kaskey hold a press conference for the ''March for Our Lives'' movement at the Pines Trails Park in Parkland, Florida, June 4, 2018.
Archivo - February 14, 2022: Parkland shooting survivors Emma Gonzalez, David Hogg and Cameron Kaskey hold a press conference for the ''March for Our Lives'' movement at the Pines Trails Park in Parkland, Florida, June 4, 2018. - Europa Press/Contacto/Ellis Rua - Archivo

David Hogg y Alexandria Ocasio-Cortez denuncian una cúpula fosilizada y desconectada de las bases que sirve a Trump victorias en bandeja

MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -

Las nuevas generaciones del Partido Demócrata de Estados Unidos encaran las primarias locales de 2026 con 20 millones de dólares en el bolsillo para forzar el relevo de una cúpula que ahora mismo perciben como un enemigo tan peligroso como los republicanos: una gerontocracia que, en palabras del joven vicepresidente del Comité Nacional Demócrata (el órgano de gobierno del partido) y uno de los grandes impulsores de esta revolución, David Hogg, "se ha quedado dormida al volante".

Desde noviembre de 2022 han fallecido ocho congresistas, todos demócratas, con una media de edad de 75 años. El último de ellos murió esta semana: Gerry Connolly, quien derrotó en diciembre del año pasado a otra de las abanderadas de las juventudes del partido, Alexandra Ocasio-Cortez, en las elecciones al liderazgo demócrata de la Comisión de Supervisión del Congreso de EEUU.

Fuentes del portal Axios interpretaron las elecciones como un duelo encubierto entre el ala joven y progresista del partido y la corriente más centrista que todavía está encabezada tras el telón por la expresidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, de 85 años de edad. Connolly murió el pasado 21 de mayo tras sucumbir al cáncer de esófago que anunció en noviembre, un mes antes de estas elecciones internas. En abril acabó dejando vacante su puesto.

A la muerte de Connolly se suma la de los congresistas Raul Grijalva (77 años) y Sylvester Turner (70 años) en marzo: tres votos que podrían haber impedido la aprobación este pasado jueves en la cámara baja del Congreso, por 215 votos a favor por 214 en contra, de la nueva ley de política interior del presidente Donald Trump, una de las mayores victorias de su nuevo mandato, caracterizada por sus recortes a los impuestos y a programas sociales.

Cinco días antes de esta votación, el gran líder del Partido Demócrata durante los últimos cuatro años, el expresidente de Estados Unidos Joe Biden anunció al mundo que estaba combatiendo un cáncer de próstata con metástasis ósea que le habría obligado irremisiblemente a abandonar el poder tarde o temprano en el hipotético escenario de que hubiera ganado las elecciones de noviembre contra Trump. Nunca ocurrió, porque Biden acabó retirando su candidatura a la reelección el verano anterior, tras semanas de dudas sobre su capacidad física y mental para seguir al frente del país.

La crisis generacional se ha convertido en la cuña que ha acentuado la división ideológica que ya reinaba entre el joven caucus progresista y la cúpula moderada del partido y el caldo de cultivo del que han emergido organizaciones de base como Leaders We Deserve (Los líderes que merecemos), creada por Hogg, que planea inyectar 20 millones de dólares a jóvenes candidatos a primarias demócratas en 2026, o Justice Democrats (Demócratas por la Justicia), el comité de financiación que respaldó la exitosa candidatura de Ocasio-Cortez en 2018 y propone en su declaración de intenciones "una transformación del partido a través de una nueva generación de líderes".

"Las bases del partido se sienten solas, se sienten aisladas, se sienten desatendidas y se sienten como si nadie luchara por ellas", lamentó Hogg en una entrevista a principios de mes con el diario británico 'The Guardian'.

Por bases se refiere principalmente a jóvenes: una encuesta del PEW Research Center publicada en abril reflejaba que aproximadamente dos tercios de los votantes de entre 18 y 24 años se identifican con el Partido Demócrata por solo un tercio republicano; la misma brecha existente entre el electorado de 25 y 29 años. El problema reside, según otro sondeo reciente de Washington Post-ABC News-Ipsos, que un 70 por ciento de los americanos cree que el partido está completamente desconectado de la realidad. Otro sondeo de CNN apuntaba a un mínimo hístorico de aprobación del 29 por ciento.

"Cuando te gastas 2.000 millones de dólares en una campaña electoral para que acaben reeligiendo a un condenado", consideró Hogg en referencia a Trump, "me parece correcto pensar que nuestra percepción pública se ajusta bastante a lo que está sucediendo".

Incluso líderes republicanos han aplaudido la postura crítica de Hogg, como el antiguo presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy. "Lo único que está diciendo es que si eres viejo y no estás intentando lograr una mayoría, deberías largarte. El hecho de que no permiten que su propia gente elija a sus líderes es la razón por la que los demócratas siguen perdiendo", declaró la semana pasada a la cadena Fox, antes de recordar que "Ocasio-Cortez ha recaudado tres veces más dinero estos tres últimos meses" que el actual líder republicano en la cámara baja, Mike Johnson.

EL PARTIDO CONTRAATACA

Los 20 millones de dólares ofrecidos por Hogg a los jóvenes candidatos han desatado una crisis estructural en el Comité Nacional Demócrata, que interpreta esta situación como una violación de su estatuto de neutralidad. El comité votará en junio si repite las elecciones a su Vicepresidencia a raíz de una denuncia presentada por una excandidata, Kalyn Free, pero Hogg interpreta que "es imposible entender lo que está ocurriendo sin tener en cuenta" sus esfuerzos para "reformar el partido".

"Yo me presenté a la vicepresidencia del Comité Nacional Demócrata para ayudar a mejorar el Partido Demócrata, no para defender un 'estatu quo' indefendible que ha provocado que votantes de casi todos los grupos demográficos se alejen de nosotros", respondió Hogg en un comunicado tras el anuncio de la votación. "El Comité Nacional Demócrata se ha comprometido a destituirme, y esta votación ha proporcionado una vía para acelerar ese esfuerzo", ha avisado.

El presidente del comité, Ken Martin, no ha abordado directamente la iniciativa de Hogg, pero sí ha recordado en un comunicado que "la política de este comité es que son los votantes, y no la dirección del partido, quienes determinan a sus candidatos". De puertas hacia adentro, fuentes del partido explican al portal Político que el recelo hacia Hogg tiene que ver más con una cuestión de inmediatez: el objetivo principal de los demócratas debe ser el de recuperar el control del Congreso en las elecciones legislativas de 2026 y no perder el tiempo con luchas intestinas en primarias que solo pondrán de manifiesto la división reinante.

De momento, al menos siete congresistas demócratas, casi todos mayores de 70 años, han sido desafiados a unas primarias por parte del ala joven del partido el año que viene y el número podría aumentar en los próximos meses. "Creo que podrían ser docenas", ha estimado el portavoz de Demócratas por la Justicia, Usamah Andrabi, a Axios.

Amanda Litman, fundadora de la organización progresista Run for Something (Preséntate por algo), lamenta que más de la mitad de todos los demócratas de la Cámara de Representantes mayores de 75 años se presentarán a la reelección. "Y son parte de un problema más amplio porque representan un estilo de liderazgo de la generación del 'baby boom' que debe desaparecer", escribe Litman para The Ink. "Son líderes calcificados que se han olvidado de una de las reglas más importantes para liderar: 'Esto no va de ti'".

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