WASHINGTON, 15 May. (EP/AP) -
Un día antes de que el presidente estadounidense, George W. Bush, pronuncie un discurso para desvelar si desplegará número de la Guardia Nacional en la frontera con México para evitar la entrada ilegal de inmigrantes al país, varios legisladores expresaron su preocupación ante la posibilidad de que esta opción se convierta en realidad.
Los legisladores que muestran su oposición a la idea, lo hacen a la vista de la disminución en el número de efectivos de la Guardia Nacional tras el envió de algunos de sus integrantes a Irak para cumplir con diversas misiones.
El viernes pasado, altos funcionarios de Estados Unidos adelantaron que el Gobierno estaba analizando un posible despliegue de entre 3.500 y 10.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera con México para reforzar la seguridad.
Esa medida supondría uno de los eslabones del plan que estudia Bush para impulsar una amplia reforma de la ley inmigratoria, un asunto que ha conllevado amplia polémica en el país.
Las críticas provienen principalmente de miembros del Partido Demócrata, pero también de un importante negociador republicano en el debate sobre la inmigración, el senador Chuck Hagel.
Hagel indicó que los efectivos de la Guardia Nacional no pueden garantizar la seguridad de la frontera a largo plazo, y considera imprudente encargarle esa misión para un corto periodo de tiempo.
"Hemos tenido a miembros de la Guardia Nacional en su segundo, tercero y cuarto viajes a Irak. Hemos estirado a nuestras fuerzas armadas hasta verlas menguar como nunca habíamos visto en los tiempos modernos. ¿Y de qué estamos hablando aquí, de enviar a la Guardia Nacional sin tener posiblemente la facultad de instalarla o enviarla a proteger fronteras? Esa no es su función", dijo.
Por su parte, el senador demócrata Joe Biden dijo que podría haber necesidad de recurrir al despliegue de soldados mientras se refuerza la Patrulla Fronteriza, pero consideró innecesario ordenar tareas adicionales a la Guardia Nacional.