MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, ha promulgado este jueves las nuevas leyes para las elecciones legislativas y la creación del Senado, que pasará a ser la nueva Cámara Alta del Parlamento del país africano.
Los proyectos de ley sobre las elecciones y la vuelta al sistema bicameral en Egipto fueron aprobados a mediados de junio por la Cámara de Representantes y estaban a la espera de la firma del mandatario para entrar en vigor.
El futuro Senado sustituirá así al Consejo de la Shura, abolido en 2014, año el que se el país pasó a contar con un sistema unicameral representado por la Cámara de Representantes. Así, estará integrado por 300 miembros, con un tercio elegido a través del sistema individual, otro tercio a través del sistema de lista cerradas y el último nombrado directamente por el presidente.
Asimismo, la ley que crea el Senado recoge que al menos un diez por ciento de sus miembros --cuyo mandato será de cinco años-- deben ser mujeres, al tiempo que exige que los candidatos sean egipcios, hayan realizado el servicio militar, tengan un título universitario y disfruten de sus derechos políticos.
Las enmiendas contemplan además que el número de miembros electos de la Cámara de Representantes será de 568, 28 más que hasta ahora, con la mitad elegidos a través del sistema individual y la otra mitad a través de un sistema de listas cerradas, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.
El 25 por ciento del total de escaños deberá ser ocupado por mujeres, mientras que el presidente tendrá autoridad para nombrar al cinco por ciento de los parlamentarios. Los críticos de estas enmiendas han argumentado que beneficiarán a Al Sisi de cara a las elecciones, previstas para noviembre.
Al Sisi llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013 que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente en la historia del país.
Desde entonces, ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas, una iniciativa que los grupos de Derechos Humanos han denunciado como la más grave de los últimos tiempos.