MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El conflicto que desde el pasado 5 de noviembre enfrenta al Ejército de Etiopía con las fuerzas de la región de Tigray ha provocado una incipiente crisis humanitaria que está teniendo como resultado un éxodo de unos 4.000 refugiados diarios que cruzan hacia el vecino Sudán, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Su portavoz, Babar Baloch, ha advertido de que se está produciendo "una crisis a gran escala" y que el flujo de personas que cada día cruzan hacia el este de Sudán en busca de seguridad "no se había visto en las dos últimas décadas en esta parte" de Etiopía.
Desde el 10 de noviembre, ha precisado, están cruzando de media unas 4.000 personas, "superando rápidamente la capacidad de respuesta humanitaria en el terreno". En total, han llegado hasta Sudán más de 27.000 personas tras cruzar la frontera en Hamdayet, en el estado de Kassala, en Lugdi, en Gadarif, así como a través de un nuevo punto más al sur en Aderafi, "donde comenzaron a cruzar durante el fin de semana".
En general, quienes llegan a Sudán lo hacen "exhaustos tras la larga caminata hacia la seguridad, con pocas pertenencias", ha subrayado Baloch, por lo que ACNUR y otras agencias humanitarias ya están apoyando al Gobierno sudanés e incrementando la asistencia en la frontera "mientras las necesidades siguen aumentando".
En Hamdayet, se está repartiendo agua potable y se están construyendo letrinas. Además, ACNUR está entregando jabón ya que le preocupa "las condiciones de higiene, ya que siguen llegando más personas", ha reconocido el portavoz. En el caso del centro de tránsito próximo a Lugdi, hay acceso a agua potable en una comunidad cercana y están disponibles 1.200 alojamientos temporales.
Además, el Ministerio de Salud sudanés con apoyo de la Media Luna Roja sudanesa han establecido dos clínicas y ya están realizando exámenes de salud y nutricionales y consultas entre los refugiados, ha añadido.
Desde el sábado, unos 2.500 refugiados han sido trasladados por ACNUR hacia el nuevo asentamiento de Um Raquba, donde continúan las tareas de acondicionamiento. Baloch ha reconocido que es crítico "identificar más lugares para que los refugiados puedan ser trasladados lejos de la frontera y puedan acceder a asistencia y servicios".
En lo que se refiere a la situación dentro de Tigray, Baloch ha reconocido problemas en la respuesta humanitaria debido a la interrupción de las comunicaciones así como del servicio eléctrico y a la falta de combustible y dinero en efectivo. Además, se siguen recibiendo informaciones de un número creciente de desplazados.
"ACNUR y sus socios están a la espera para poder ofrecer asistencia a los desplazados en Tigray cuando el acceso y la seguridad lo permitan", ha asegurado el portavoz. Además, también preocupa la situación de los cerca de 100.000 refugiados eritreos que se encuentran en Tigra y que "dependen de la asistencia de ACNUR y sus socios".
"La situación humanitaria como resultado de esta crisis está creciendo rápidamente. ACNUR reitera su llamamiento a la paz e insta a todas las partes a respetar la integridad y la seguridad de todos los civiles en Tigray", ha remachado el portavoz.