Publicado 08/04/2021 03:59

Etiopía.- La ONU alerta de que la situación en Tigray sigue siendo "desesperada" pese a avances en la ayuda humanitaria

Archivo - Cerca de 700.000 personas se han desplazado a la región de Somali, en Etiopía, a lo largo de los últimos años a causa de la violencia étnica, especialmente desde la región de Oromia, según datos de la Matriz de Seguimiento de Desplazamientos (
Archivo - Cerca de 700.000 personas se han desplazado a la región de Somali, en Etiopía, a lo largo de los últimos años a causa de la violencia étnica, especialmente desde la región de Oromia, según datos de la Matriz de Seguimiento de Desplazamientos ( - NRC - Archivo

MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

Naciones Unidas ha alertado de que, a pesar de la "mejor sustancial en el acceso humanitario", la situación en la región etíope de Tigray sigue siendo "desesperada" en medio de las hostilidades activas que se registran en las zonas noroccidental, central, oriental, sudoriental y meridional del país.

El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ha detallado que algunos socios humanitarios han podido acceder a las ciudades de Gijet y Samre, en las zonas sur y sureste, y han informado de que la mayoría de la población de estas ciudades ha huido.

Por otro lado, la carretera Alamata-Mekelle-Adigrat-Shire sigue siendo "parcialmente accesible".

Según las cifras de Naciones Unidas, se estima que 2,5 millones de personas en la zona rural de Tigray no han tenido acceso a los servicios esenciales en los últimos cinco meses.

Mientras, el conflicto sigue provocando desplazamientos masivos en toda la región, con decenas de miles de personas desplazándose hacia las zonas urbanas, incluidas Mekelle y Shire, en esta última podría haber hasta 450.000 personas desplazadas según un informe.

Además, Dujarric ha manifestado que los socios humanitarios se enfrentan a problemas de capacidad y recursos mientras amplían la respuesta, que sigue siendo insuficiente para los 4,5 millones de personas que se calcula que necesitan asistencia vital.

La ofensiva en Tigray arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) --que entonces gobernaba en Tigray-- contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes.