Publicado 27/03/2023 11:18

El exministro de Defensa Yoav Gallant dice que la crisis por la reforma es "una oportunidad" para "atacar" a Israel

Manifestantes durante una protesta en Tel Aviv contra la propuesta de reforma judicial presentada por el Gobierno de Israel
Manifestantes durante una protesta en Tel Aviv contra la propuesta de reforma judicial presentada por el Gobierno de Israel - EYAL WARSHAVSKY / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

Los sindicatos convocan una huelga "histórica" que arrancará si Netanyahu no paraliza la reforma del aparato judicial

MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

El exministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, cesado el domingo por sus peticiones de suspensión de la controvertida reforma judicial propuesta por el Gobierno de Benjamin Netanyahu, ha subrayado este lunes que la crisis política supone "una oportunidad" para que los enemigos "ataquen" al país.

"Según informes de Inteligencia, se ha identificado claramente que la situación es una oportunidad para atacar a Israel", ha dicho Gallat durante una comparecencia ante el Consejo de Exteriores y Seguridad, según ha recogido la emisora israelí Army Radio. Gallant ha acudido a la reunión horas después de su cese, que ha desencadenado nuevas protestas en el país.

En este sentido, ha recalcado que "las grietas en la sociedad israelí pueden dar una gran oportunidad a los enemigos", tal y como ha recogido la cadena de televisión Channel 12, en aparente referencia a las movilizaciones que se suceden desde hace semanas para protestas contra la reforma, planteada por el Ejecutivo, integrado por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos.

Poco después, el ex primer ministro Yair Lapid ha reclamado a Netanyahu que rescinda el cese de Gallant y ha argumentado que el exministro "fue despedido por un único motivo, que es decir la verdad". "No amenazó ni emitió un ultimátum. Advirtió sobre el colapso del Ejército popular ante un Gobierno que está intentando cesar la realidad", ha manifestado.

Asimismo, se ha hecho eco de las declaraciones de Gallant y ha aseverado que "en estos momentos el Estado de Israel no puede, ante todos los riesgos a los que hace frente en todos los escenarios, permitirse un cambio de ministro de Defensa". "Nunca hemos estado tan cerca de la ruptura", ha reseñado.

"Lo que ha pasado durante las últimas 24 horas es una locura, es una pérdida de impulso y de dirección. Es la prueba de que este Gobierno ha perdido el control de los frenos", ha sentenciado, al tiempo que ha defendido que "una mayoría absoluta de los ciudadanos ha estado sintiendo ansiedad recientemente, y más aún durante las últimas 24 horas". "No pueden entender por qué el Gobierno insiste en destruir todo lo que nos es querido y sagrado", ha lamentado.

Netanyahu tiene previsto hacer una declaración este mismo lunes para abordar la situación, una comparecencia en la que podría anunciar una pausa en el proceso legislativo, según los medios locales. Si bien estaba previsto que lo hiciera a las 10.00 horas (hora local), su declaración ha sido aplazada, aparentemente en medio de amenazas de sus socios de coalición sobre retirarse de la misma si suspende la reforma.

El presidente israelí, Isaac Herzog, ha reclamado en las últimas horas que el Gobierno paralice la reforma "por el bien de la unidad del pueblo de Israel". Así, ha hecho un llamamiento a los jefes de las bancadas del Parlamento israelí, conocido como Knesset, "tanto de la coalición como de la oposición" para que "pongan a los ciudadanos del país por encima de todo y actúen con responsabilidad y valentía sin más demora".

Sin embargo, el ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu, del ultraortodoxo Otzma Yehudit, ha subrayado que el partido "no está preparado para detener la legislación" y ha criticado que Netanyahu "esté cediendo ante la coacción política". "Creo que detener la legislación es un asunto realmente problemático", ha destacado, tal y como ha recogido el diario 'The Times of Israel'.

De hecho, el Comité de Constitución, Ley y Justicia del Parlamento ha aprobado para su presentación para su lectura final un proyecto que da a la coalición gubernamental el práctico control total sobre los nombramientos judiciales, una medida contemplada en el paquete de reforma que ha sido duramente criticado por socavar la separación de poderes y suponer una amenaza para el sistema democrático del país.

Por su parte, el parlamentario Simcha Rothman, del ultraderechista Sionismo Religioso, ha afirmado en Twitter que "las elecciones no serán robadas" y que "la población pide una reforma radical del sistema de justicia". "No debemos aceptar una situación en la que haya gente cuya voz no sea tenida en cuenta", ha defendido, antes de reclamar a sus seguidores que se manifiesten a partir de las 18.00 horas (hora local) frente a la Knesset.

Tras ello, un grupo de aficionados ultraderechistas del equipo de fútbol Beitar Jerusalem conocido como La Familia ha anunciado que se sumará a las movilizaciones en apoyo a la reforma. "Hasta ahora hemos estado callados, pero esta noche iremos a (la calle) Kaplan", ha señalado, en referencia a uno de los epicentros de las protestas contra la propuesta del Gobierno.

En este contexto, el líder de Yisrael Beitenu, Avigdor Lieberman, ha expresado su deseo de que Netanyahu anuncie su dimisión y ha reclamado al partido de 'Bibi', el Likud, que elija a un nuevo líder en caso de que se niegue a apartarse. "Ningún dictador puede soportar una protesta generalizada y justa que abarca a todos los sectores de la población", ha dicho en Twitter.

"Espero que, además de suspender la legislación, escuchemos la dimisión del primer ministro y del ministro de Justicia (Yariv Levin, principal promotor de la reforma)", ha apuntado. "Si no, pido a mis amigos en el Likud, por el bien del Estado de Israel, que expulsen a Netanyahu y formen una nueva coalición integrada por partidos sionistas, con un primer ministro salido de las filas del Likud", ha zanjado.

HUELGA "HISTÓRICA"

Cientos de miles de personas se han manifestado durante la noche del domingo y la madrugada del lunes para protestar contra la reforma, mientras que el presidente de la Histadrut --la organización de sindicatos de Israel--, Arnon Bar-David, ha anunciado una huelga "histórica" para intentar "detener la locura". "Todos estamos preocupados por el destino de Israel. Juntos decimos, basta", ha destacado.

Así, Bar-David, que ha destacado que la huelga arrancará este mismo lunes si Netanyahu no suspende la reforma, ha lamentado que el país "ha perdido el rumbo". "No se trata de izquierda o derecha. No podemos seguir polarizando la nación", ha señalado, antes de asegurar que "hizo todo lo posible durante las últimas semanas para detener la situación".

"Todos unimos nuestras manos para cerrar el Estado de Israel. Los centros comerciales y fábricas cerrarán", ha manifestado, al tiempo que ha especificado que también afecta al sector sanitario. Minutos después, el jefe del sindicato del Aeropuerto de Ben Gurión, Pinchas Idan, ha anunciado el inicio de una huelga que suspende inmediatamente los despegues.

En esta línea, el presidente de la Federación de Autoridades Locales, Haim Bibas, ha indicado que las alcaldías y consejos locales se unirán a la huelga general. "La grieta entre la población y el tremendo caos en el que está Israel ha llegado casi a un punto de no retorno", ha dicho Bibas, miembro del Likud de Netanyahu.

"Pedimos al primer ministro que detenga inmediatamente la legislación y que cancele el cese del ministro de Defensa, con el que mantenemos una relación de trabajo en el campo de la seguridad en las ciudades y en el frente interno", ha explicado el también alcalde de la ciudad de Modiin.

Por su parte, el Ministerio de Sanidad israelí ha hecho hincapié en que respetará el derecho a la huelga del personal sanitario y ha confirmado contactos con los directores de los hospitales para intentar garantizar que los pacientes siguen recibiendo atención y tratamiento.

De salir adelante, la reforma daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.