MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Georgia Mijail Saakashvili ha sido trasladado este jueves de vuelta a prisión desde el hospital militar al que había sido llevado el 19 de noviembre tras casi 50 días en huelga de hambre y después de perder el conocimiento durante su protesta.
El traslado de Saakashvili desde el hospital militar de Gori a la prisión de Rustavi ha sido confirmado por los abogados del exmandatario, sin que las autoridades se hayan pronunciado por ahora, según ha recogido el portal georgiano de noticias Civil.
La vuelta de Saakashvili a prisión ha sido igualmente confirmada por su pareja, la parlamentaria ucraniana Liza Yasko, quien ha dicho que el expresidente "fue secuestrado por la fuerza en un hospital de Gori a las 2.00 horas".
"Le secuestraron por la fuerza y le trasladaron a la prisión de Rustav. En estos momentos se desconoce si está consciente. ¿Es esto posible en el siglo XXI?", se ha preguntado Yasko a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social Facebook.
La pareja sentimental de Saakashvili afirmó el miércoles que su estado de salud "es crítico" y afirmó que "está acostado todo el tiempo" y sufre "ataques neurológicos". "No recibe la atención médica necesaria", denunció en otro mensaje en Facebook.
Saakashvili se opuso a ser trasladado de vuelta a prisión durante la jornada del 27 de diciembre, lo que llevó al Gobierno a aplazar temporalmente la decisión. Las autoridades sostienen que el expresidente ya no necesita tratamiento y que ha recibido el alta hospitalaria.
Mijail Saakashvili fue condenado por la comisión de dos delitos: a tres años de prisión en relación con el asesinato del banquero Sandro Girgvliani y a otros seis años por estar detrás de la paliza dada al diputado Valeri Gelashvili en 2005.
Además, está siendo investigado por incurrir en un delito de abuso de la autoridad en el marco de las protestas contra el Gobierno en 2007, algo que ha negado en todo momento. El expresidente fue detenido el 1 de octubre tras regresar a la capital de Georgia, Tiflis.
El exmandatario se considera un preso político e inició una huelga de hambre en el momento de su detención. Diversas organizaciones internacionales, así como la oposición y la comunidad internacional, llevan tiempo pidiendo su traslado a un hospital para ser tratado adecuadamente.