Actualizado 07/03/2017 19:30

Un expresidente de Honduras y el actual ministro de Seguridad niegan tener vínculos con el narcotráfico

Porfirio Lobo
REUTERS

   CIUDAD DE MÉXICO, 7 Mar. (Reuters/Notimérica) -

   El expresidente de Honduras, Porfirio Lobo, y el ministro de seguridad del actual gobierno, Julián Pacheco, negaron este martes vínculos con el narcotráfico, después de que un líder de un cártel local preso en Estados Unidos los acusara de cobrar sobornos de su grupo criminal.

   El exjefe del cartel hondureño Los Cachiros, Devis Rivera, testificó en la víspera en un tribunal de Nueva York, en Estados Unidos, como parte del proceso contra Fabio Lobo, hijo del exmandatario, quien se declaró culpable el año pasado de conspirar para importar cocaína al país norteamericano.

   Lobo supuestamente habría aceptado dinero a cambio de protección y otros servicios en varias reuniones, según el testimonio recogido del narcotraficante, que se entregó en 2015 a las autoridades antinarcóticos estadounidenses (DEA, por sus siglas en inglés), de acuerdo a medios locales.

   Además, Rivera señaló al general Pacheco, jefe de inteligencia nacional durante el mandato de Lobo (2010-2014) y actual ministro de Seguridad y cercano aliado del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, de formar parte de la estructura de políticos, militares y policías que colaboraban para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos.

   "Se rechazan categóricamente los señalamientos (contra Pacheco)", dijo el Ministerio de Seguridad en un comunicado, agregando que las "aseveraciones sin fundamento" buscan desestabilizar la lucha contra el crimen en Honduras, uno de los países clave en la ruta del narcotráfico hacia Estados Unidos.

   El exmandatario también negó las acusaciones y expresó en un comunicado que "nunca ha recibido ningún dinero de delincuentes ni ha sostenido ninguna reunión particular con ellos".

   Según el narcotraficante, Fabio Lobo --arrestado en 2015 en Haití tras una operación encubierta de la DEA-- habría sido designado por su padre como interlocutor con el grupo criminal.