Actualizado 03/07/2010 01:36

Fariñas continúa "grave" pero sus familiares se muestran "optimistas"

Fariñas
Reuters


MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El estado de salud del opositor cubano Guillermo Fariñas sigue siendo "grave" después de que los médicos le localizaran a principio de esta semana un coágulo cerca de la yugular que podría provocarle la muerte. Sin embargo, sus familiares confían en que se recupere gracias a los buenos resultados del tratamiento.

"Él continúa muy grave por su desnutrición y el coagulo que le impide moverse", dijo su hermana, Raisa Fariñas, a Europa Press en una conversación telefónica en la que, a pesar de estas dificultades, expresó su confianza en que el disidente responda "positivamente" al tratamiento prescrito por los médicos. "Nosotros somos optimistas, por supuesto, él tiene que recuperarse", agregó.

La eparina que le han recetado los especialistas del Hospital Provincial Arnaldo Milian de la localidad de Santa Clara, donde permanece ingresado, ha logrado bajarle la inflamación que presentaba en el cuello. Esta "leve" mejoría ha permitido restablecerle la nutrición parenteral que se le retiró tras localizar el coágulo y que le ha devuelto la consciencia.

Sin embargo, "la fiebre, los dolores y la desnutrición continúan", por lo que Fariñas necesita ayuda para realizar cualquier tipo de movimiento. Esta debilidad preocupa a los facultativas que le han prohibido hablar para que concentre todas sus fuerzas en la recuperación.

Los resultados definitivos de este tratamiento, que pretende disolver el coagulo, se conocerán dentro de "10 o 12 días" cuando le volverán a realizar nuevas pruebas para comprobar su reacción a los medicamentos que le están suministrando.

Esta ha sido la peor recaída que ha sufrido el opositor de 48 de años desde que comenzara el pasado mes de febrero su huelga de hambre y sed número 23 para exigir la liberación de los 22 presos políticos que permanecen recluidos pese a su preocupante estado de salud. Los médicos llegaron incluso a temer por su vida y alertaron de que el fatal desenlace podía producirse "en cualquier momento".

Ante este pronóstico, Fariñas decidió ponerse en contacto con el disidente Guillermo del Sol, a través de una carta en la que le solicitó que abandonara la huelga de hambre que había comenzado hacía once días para apoyar su reivindicación, con el objetivo de que recabara fuerzas para proclamarse como su "sucesor" en el caso de que muriera.