MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha asegurado que las discrepancias surgidas en estos últimos días en relación a la actividad china en el mar de China Meridional no afectará a las "amistosas relaciones bilaterales", en un aparente intento por calmar la creciente tensión.
"Seguiremos resolviendo los problemas mediante canales diplomáticos y medios pacíficos", ha declarado Duterte en un comunicado. Así, ha enfatizado que pese a los "obstáculos" hay una "trayectoria positiva" que se traduce, por ejemplo, en una cooperación para la obtención de vacunas contra la COVID-19, según medios locales.
El ministro de Defensa filipino, Delfín Lorenzana, reclamó la semana pasada a China que retirase sus barcos de un arrecife en disputa. Según Manila, forma parte de su zona económica exclusiva, mientras que Pekín reivindica su derecho a faenar en este área.
El mar de China Meridional es, en términos generales, un foco recurrente de disputa entre los distintos partidos de la región, ya que a China y Filipinas se suman también Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán en sus reivindicaciones sobre la soberanía de ciertas áreas y el aprovechamiento de sus recursos marinos y minerales