MADRID 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro francés, François Bayrou, ha defendido este jueves una "ralentización del gasto" en el marco de un plan de recortes presupuestarios cercano a 44.000 millones de euros, al tiempo que se ha mantenido en su decisión de convocar una cuestión de confianza en el Parlamento "para que los franceses vean la gravedad del asunto".
"Por una vez, este no es un Gobierno que se echa atrás. Y para que los franceses vean la gravedad del asunto, pongo su futuro sobre la mesa", ha declarado Bayrou en una entrevista a France Info en la que ha añadido que "no puede haber una política valiente sin el apoyo del país".
Bayrou ha asegurado no arrepentirse de haber convocado la votación a pesar de que el Gobierno parece abocado a perderla, especialmente sin el apoyo de la ultraderechista Agrupación Nacional, y ha afirmado que tanto el partido de Marine Le Pen como el Partido Socialista han coincidido en su evaluación de la situación presupuestaria. "Vinieron y dijeron: 'Tienes razón'. Esto es un avance enorme", ha relatado.
Así, ante la posibilidad de perder la votación que se celebrará el próximo lunes 8 de septiembre, ha aseverado que "una disolución (del Gobierno) no resuelve absolutamente nada" y daría lugar a una Asamblea "aún más dividida" y "paralizada".
"Estoy convencido de que si aceptamos ver las cosas tal y como son, como propongo, y si después aceptamos, como me han propuesto algunas fuerzas políticas, sentarnos a la mesa, quizá podamos avanzar mejor", ha insistido, haciendo un llamamiento al diálogo y la negociación con la oposición.
En cuanto al paquete de recortes, Bayrou ha recalcado que su Gobierno no aboga "por la austeridad, sino por una ralentización del gasto", y se ha mostrado dispuesto a debatir una de las medidas que más polémica ha causado, la eliminación de dos días festivos, que, aunque apenas "representan el 10 por ciento del esfuerzo que hay que hacer (...) es sólo una propuesta que podemos cambiar, trasladar, enmendar".
En respuesta al plan de Bayrou han sido convocadas una serie de protestas para el próximo miércoles bajo el lema 'Bloqueémoslo todo', una movilización a la que se espera que acudan al menos 100.000 personas, una cifra que el primer ministro ha considerado "bastante baja para la sociedad francesa". "Me preocupa la situación en el país, me preocupa la falta de concienciación", ha subrayado.