¿Cuá Fue La Conquista De América Por La Que López Obrador Pidió Al Rey De España
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   CIUDAD DE MÉXICO, 26 Mar. (Notimérica) -

   El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió este lunes dos cartas, una al Rey Felipe VI de España y otra al Papa Francisco, para que pidan perdón por los supuestos atropellos que se cometieron en la conquista de América.

   El propio López Obrador confirmó esta información en su cuenta de Twitter, en la que publicó un vídeo explicando su punto de vista. "Fue una invasión, se cometieron muchas barbaridades. Se sometió a los pueblos que habitaban nuestra América, todo el continente", aseguró el mandatario.

   Para conocer la conquista de América a la que hace referencia el presidente mexicano, hay que remontarse al 13 de agosto de 1521, fecha en la que México-Tenochtitlán cayó en manos de conquistadores españoles. Este acontecimiento dio paso al establecimiento del régimen colonial que posteriormente daría paso al México mestizo.

   Dos años antes, el conquistador Hernán Cortés desembarcó en la costa mexicana con 400 infantes, 15 jinetes y siete cañones, quienes pasarían a la historia como los responsables de la caída del imperio azteca en el nombre del rey Carlos I de España y a favor del Imperio español entre 1519 y 1521.

   El objetivo del líder azteca Moctezuma era evitar que Cortés llegara a Tenochtitlán y para ello elaboró un plan: les ofreció oro. Esta estrategia, en vez de calmar su ansia de conquista y poder, por el contrario reanimó el deseo de poseer más oro. Una vez que Cortés se enteró que en Tenochtitlán había mucho oro, se encontró más motivado aún para la conquista de dicha ciudad.

   El triunfo de Cortés, al que muchos consideraban que era él la reencarnación del dios Quetzalcoatl al que esperaban, no se cimentó en la incorporación de la población nativa en sus filas, sino todo lo contrario. A ello se sumó el tumulto de profecías que azotaban a la cultura prehispánica respecto a la llegada de esos "hombres blancos y barbudos procedentes de Oriente".

   Otro de los factores fundamentales en esta conquista fueron las armas y tácticas de guerra que los europeos utilizaron frente al imperio mexica. En aquella época el acero, la pólvora y el uso de los caballos suplieron la desventaja numérica de los conquistadores.

   Distintos historiadores han destacado además que sus tácticas de combate ayudaron a vencer al pueblo mesoamericano, el cual consideraba que la muerte de un general significaba el final de la batalla.

   Cuando los españoles llegaron a Tenochtitlán, Moctezuma tenía dos opciones, o bien rendir culto a quien ellos creían que era su dios Quetzalcoatl. Moctezuma optó por la segunda opción. Él permitió que Cortés viviera en su palacio, permitió que colocara símbolos cristianos en todas partes y le dio más oro. De este modo, Moctezuma se convirtió en parte de la conquista para controlar a los aztecas.

   Tras la muerte de Moctezuma, asesinado por su propio pueblo, Cortés y sus soldados se refugiaron en el palacio. Posteriormente él se fue de Tenochtitlán con todo el oro sin ser detenido. Allí fue sorprendido por los aztecas en la mitad de la huida, estos mataron a más de la mitad. No obstante Cortés se rearmó, volvió para atacar y recuperar Tenochtitlán.

   En 1521 Cortés, sus hombres y los tlaxcaltecas acataron Tenochtitlán. El 13 de agosto de 1521 cayó la ciudad de Tenochtitlán en dominio de los españoles.

   Estos hechos provocaron el comienzo de la conquista española, tras la cual devino la desaparición de un alto porcentaje de la población de nativa, la destrucción de templos nativos, la imposición de una religión distinta a las prácticas de los pueblos originarios y el desarrollo de enfermedades hasta ese entonces inexistentes en el continente Americano como la viruela, sarampión o fiebres que se extendieron por toda la ciudad.

   Todas estas epidemias, la guerra y la explotación por parte los españoles provocaron que la población indígena descendiera de 65 millones a cinco millones entre 1550 y 1700, según lo documentó el escritor Ricardo Pacheco Colín.

   Tras haber ganado la guerra, los españoles y sus nuevos dioses habían demostrado su poder, no sólo derrotando al pueblo guerrero sino a su gran deidad Huitzilopochtli. Este razonamiento en el que la fuerza bélica iba de la mano del poder divino también ayuda a explicar el establecimiento del catolicismo en México.