MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades georgianas han asegurado este lunes que no tienen intención alguna de extraditar al expresidente Mijail Saakashvili a Ucrania tras su detención el viernes en Georgia.
"La entrega de un ciudadano a otro Estado que lo exija puede ser posible si esta persona tiene delitos penales en ese Estado. Si hablamos de trasladar a Saakashvili a Ucrania para que cumpla su condena en territorio ucraniano, no tenemos ninguna intención de hacerlo", ha dicho la vice primera ministra del país, Thea Tsulukiani.
Así, ha calificado de "absurdo" plantear la extradición de Saakashvili a Ucrania, según informaciones de la agencia de noticias Sputnik. Saakashvili regresó a Georgia para presenciar las elecciones locales, pero fue detenido por las fuerzas de seguridad al entrar en el país.
El otrora mandatario está envuelto en varios casos penales y es buscado por las autoridades georgianas, que ya habían alertado de forma reiterada que iban a detener al exmandatario tan pronto como cruzara la frontera.
Según los datos de la Fiscalía georgiana, el expresidente fue condenado a nueve años de prisión: tres años por el caso de asesinato del banquero Sandro Guirgvliani y otros seis por el caso de la paliza al diputado Valeri Gelashvili.
Además, Saakashvili se enfrenta a cargos relacionados con la manifestación opositora del 7 de noviembre de 2007, provocar daños materiales a la empresa de radiodifusión Imedi y malversar fondos públicos. Estos cargos están siendo investigados por el momento.
El domingo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró que está dispuesto a ocuparse personalmente del regreso a Ucrania del expresidente georgiano y ha asegurado que el caso le concierne dado que se trata de un "ciudadano ucraniano".
Zelenski aseguró que, junto a él, todas las instituciones del país, incluido el Ministerio de Exteriores, la Embajada ucraniana en Georgia y el embajador de Georgia en Ucrania se ocuparán de gestionar el retorno de Saakashvili.
Tras su salida de la Presidencia, Saakashvili abandonó Georgia. En 2015, el entonces presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, le concedió la nacionalidad ucraniana y le nombró gobernador de la región de Odesa, un cargo del que terminaría dimitiendo un año y medio después por discrepancias con Poroshenko.