MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha afirmado este jueves que las sanciones impuestas este jueves por la Administración Biden contra cuatro colonos por promover actos violentos en Cisjordania son un paso "drástico".
"La mayoría absoluta de los colonos en Judea y Samaria son ciudadanos respetuosos de la ley, muchos de los cuales actualmente luchan regularmente y en las reservas para la defensa de Israel", ha indicado en un breve comunicado en la red social X, antes Twitter.
Asimismo, ha recordado que las autoridades israelíes actúan "contra todos los infractores de la ley". "No hay lugar para medidas drásticas en este sentido", ha agregado.
Por su parte, el ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha acusado este jueves en la citada red social a Estados Unidos de abanderar una "campaña inmoral" del colectivo BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel). Así,
Smotrich ha aseverado que esta "campaña" es una "mentira antisemita difundida por los enemigos de Israel", que "transforma a las víctimas en atacantes" y busca "desacreditar" a todo Israel.
"Continuaremos actuando sin miedo para fortalecer y desarrollar los asentamientos judíos en toda la Tierra de Israel y luchar por una paz duradera, lo cual solo se logrará cuando se frustre la esperanza de los árabes de establecer un Estado árabe sobre las ruinas del Estado judío", ha agregado.
De la misma forma, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha resaltado que "los que son atacados y apedreados en un intento de no ser heridos o asesinados son los heroicos colonos de Judea y Samaria".
El responsable del Consejo Regional de Samaria, Yossi Dagan, ha exigido al Gobierno que actúe contra lo que ha llamado una "caza de brujas" y ha resaltado que espera que Biden actúe "con las mismas herramientas contra los terroristas árabes de la Autoridad Palestina", según han recogido varios medios israelíes.
Sus palabras se producen después de que Biden haya afirmado en una orden ejecutiva que los niveles de violencia de los colonos, sumados al desplazamiento forzado de personas y la destrucción de propiedades, representan "una grave amenaza a la paz, la seguridad y la estabilidad de Cisjordania y Gaza, Israel y la región de Oriente Próximo".