Actualizado 28/12/2006 22:40

Guatemala.- Acusan a un grupo de policías guatemaltecos de practicar ejecuciones extrajudiciales a siete detenidos


CIUDAD DE GUATEMALA, 28 Dic. (EP/AP) -

Existen evidencias de que la muerte de siete reos en una operación policial en septiembre fue un caso de ejecuciones extrajudiciales y no, como ha dicho el Gobierno, producto de un tiroteo con los reclusos, aseguró el Procurador de Derechos Humanos Sergio Morales.

"Es poco sustentable la versión del enfrentamiento... hay indicios razonables de que la policía llegó a tener a los reos en custodia (antes de morir) y la evidencia apunta a que hubo ejecuciones extrajudiciales", dijo Morales hoy en una rueda de prensa.

La muerte de los siete reos se produjo el pasado 25 de septiembre durante una acción que involucró a más de 3.000 policías y soldados, que entraron a la prisión para retomar el control.

El Centro de Rehabilitación Pavón, a unos 20 kilómetros al oeste de la capital, estaba en manos desde hacía década en manos de un "Comité de Orden y Disciplina" integrado por reclusos y que estaba señalado de abusos contra los internos.

En esa prisión, los reos vivían en una "granja de rehabilitación", en la que el Comité de Orden y Disciplina funcionaba como Gobierno interno y les permitía desde tener casas con todas las comodidades hasta administrar negocios y dedicarse a actividades ilícitas como la fabricación y venta de drogas.

"La operación fue necesaria pero los métodos y la forma en que se hizo evidencian que hubo violaciones a los derechos humanos" por parte de la policía y los soldados que participaron, dijo el procurador.

El Gobierno siempre ha afirmado que la muerte de los reos ocurrió en un tiroteo entre prisioneros y policías. "Nos recibieron a tiros, tuvimos que disparar", dijo a principios de diciembre el director del Sistema Penitenciario Alejandro Giammatei.

La investigación realizada por la Procuraduría encontró que los cadáveres tenían golpes y marcas de haber estado atados en las muñecas antes de morir.

Varios testimonios recabados por la institución indican que las autoridades tenían una lista con la que buscaron a los reos que luego fallecieron.

Además, tres de ellos fallecieron desangrados antes de recibir atención médica. Otro de los cuerpos tenía cinco disparos en el área ubicada entre tres costillas.

"¿Cómo va a ser posible que le den cinco tiros en el mismo sitio en medio del caos de un tiroteo?", preguntó la autora del informe, Carla Villagrán.

Con la acción del 25 de septiembre el Gobierno comenzó una campaña para retomar el control de las prisiones del país, cuya administración, de las rejas para adentro, había estado en manos de los reos. Esa falta de control había provocado que los cabecillas de bandas de criminales dirigieran actividades ilícitas aún desde la cárcel.