Actualizado 08/06/2010 13:32

Guatemala.- Colom no descarta destituir al nuevo fiscal general tras las acusaciones de Castresana en su contra


CIUDAD DE GUATEMALA, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Guatemala, Alvaro Colom, no descarta destituir al nuevo fiscal general del país, Conrado Reyes, después de que el jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el español Carlos Castresana, anunciara este lunes que renuncia al cargo y acusara al máximo responsable del Ministerio Público de tener vínculos con el narcotráfico.

En rueda de prensa, en la que reiteró el respaldo del Gobierno guatemalteco a la CICIG, Colom explicó que la salida de Reyes dependerá de un informe circunstanciado que le solicitó al fiscal general para este martes respecto a las acusaciones de Castresana. "Los señalamientos son para tomarlos en serio, y habrá que esclarecer lo que haya que esclarecer (...) sus declaraciones son muy duras", reconoció Colom.

Asimismo, mantendrá dos reuniones consultivas a lo largo de esta jornada, informa el diario 'Prensa Libre'. Según una fuente cercana a la Presidencia consultada por el rotativo, una de estas reuniones es con la comunidad internacional, con la que, resaltó Colom, "tiene una buena relación". La otra reunión, según 'Siglo XXI', será con representantes de la sociedad civil y de grupos de defensa de los Derechos Humanos.

Por otra parte, consideró que la renuncia de Castresana significará una "reflexión" para los tres poderes del Estado y un llamamiento "a la conciencia" del sistema y aparato de justicia. "A veces no se puede hacer todo lo que solicitan", afirmó, precisando que ha dado instrucciones al embajador del país ante la ONU para que informe de que Guatemala continúa apoyando a la CICIG y que espera que se nombre a una "persona idónea" en sustitución del jurista español que, añadió, "estoy convencido de que hizo su trabajo y lo hizo bien".

En una rueda de prensa previa, Castresana había explicado que la CICIG está siendo víctima de "ataques sistemáticos" y aseguró que tras sus dos años en el cargo cree que "ya no hay más que hacer por Guatemala". Durante el inesperado anuncio de su marcha, el jurista español arremetió contra Reyes, quien, según dijo, debería renunciar al cargo "por su relación con el narcotráfico".

Castresana añadió que había solicitado al propio presidente del país que destituyese al recién nombrado Reyes, ya que "no es la persona que el país merece ni necesita", porque, según él, alcanzó el cargo mediante pactos con bufetes de abogados vinculados a narcotraficantes. "Ha demostrado compromisos con organizaciones ilícitas y no con el Estado de derecho", señaló.

"No nos salen las cuentas con la Fiscalía General", añadió para justificar su marcha. Asimismo, Castresana pidió a los fiscales "honrados" e "intachables" que cierren filas contra Reyes mediante recursos jurídicos o exigiendo públicamente su renuncia.

EL FISCAL SE DEFIENDE

Por su parte, el fiscal general, Conrado Reyes, rechazó las acusaciones vertidas por Castresana, que calificó de "infundadas e irresponsables", y lo acusó de haber incurrido en cuatro delitos. "Nunca he tenido ni tengo ningún vínculo con ninguna de las personas o sectores que él manifiesta", aseguró en una comparecencia ante la prensa, subrayando que el ex comisionado tuvo tiempo suficiente para presentar denuncias en su contra, pero no lo hizo.

Por otra parte, el fiscal se cuestionó si Castresana renunció o fue obligado a dejar su cargo y destacó que con sus declaraciones incurrió en al menos cuatro delitos: violación a la Constitución, sedición, incitación pública, y acusación y denuncia falsa. "Lamentamos enormemente que el convenio de la CICIG le otorgue inmunidad aun después del ejercicio del cargo, porque si no la tuviera lo invitaríamos a quedarse en Guatemala", afirmó. "Es una lástima que no pueda ser usted ejemplo de honorabilidad y rectitud, y mucho menos de un compromiso serio ante el mandato de Naciones Unidas", añadió.

Después de la dimisión de Castresana, unos cien activistas de sectores sociales se reunieron frente a la Casa Presidencial para manifestarle su apoyo y exigir la destitución de Reyes. Entre los presentes estaba la Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. Todos ellos entraron en la residencia oficial para hablar con el presidente Colom y reiterarle su demanda de destitución de Reyes, a quien calificaron de "fiscal de la impunidad".