CIUDAD DE GUATEMALA, 10 Abr. (Reuters/EP) -
Los abogados del exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt, actualmente procesado por cargos de genocidio y crímenes contra la Humanidad, han inciado su defensa con la declaración de un testigo que ha asegurado que el antiguo hombre fuerte del país no dirigió operaciones militares concretas durante su mandato (1982-1983) y, por tanto, no fue responsable de los abusos que se le atribuyen.
El exingeniero militar Carlos Leonel Méndez, el primer testigo de la defensa desde que que comenzó el juicio el pasado mes de marzo, declaró ayer martes que la jefatura de las operaciones sobre el terreno no formaba parte de las atribuciones presidenciales y que los poderes militares del presidente se limitaban a la movilización de tropas, a los ascensos y a las condecoraciones.
El Congreso de los Diputados, aseguró, decidió limitar las funciones militares del presidente a fin de evitar los "abusos" cometidos por los "presidentes anteriores" y Ríos Montt, aseguró, obedeció estas normas durante sus 17 meses de mandato.
El exdictador, de 86 años, fue citado el pasado mes de enero para ser procesado por genocidio y crímenes contra la Humanidad, después de salir a la luz las evidencias que lo relacionaban con el asesinato de más de 1.700 indígenas en el marco de un plan de contrainsurgencia efectuado bajo su mandato.
La defensa del Ríos Montt argumenta que nunca hubo genocidio en Guatemala, dado que también hubo indígenas dentro de las fuerzas armadas durante la larga guerra civil que se extendió desde 1960 hasta 1996, y que él no controlaba las operaciones militares sobre el terreno.
Méndez, quien actualmente es abogado, explicó que el presidente formaba del alto comando de las Fuerzas Armadas, pero que ese comando no dirigía a los militares. "El presidente manda sus órdenes a todos los Ministerios" y el ministro de la Defensa "hace las órdenes al jefe del Estado Mayor, quien define las estrategias a seguir hacia las unidades", afirmó.
La larga guerra entre los grupos insurgentes izquierdistas y una serie de gobiernos de derecha causó la muerte de alrededor de 200.000 personas, muchos de ellas de la etnia maya, y la desaparición de 45.000. Ríos Montt disolvió el Congreso y la Constitución de Guatemala después de asumir el poder mediante un golpe de estado sin derramamiento de sangre en marzo de 1982. El exdictador aún no ha subido al estrado para su propia defensa.