Actualizado 31/08/2018 10:09

"Un hombre en el que confío": Lula consigue apoyos del extranjero

El expresidente Lula da Silva atendiendo a unas protestas en abril de 2018
REUTERS / STRINGER .

   CURITIBA (BRASIL), 31 ago (DPA/Notimérica) -

   En la entrada de la cárcel donde está recluido el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Curitiba, en el sur de Brasil, hay una placa de metal que muestra en cierta forma el peculiar drama en que está metido el gigante sudamericano.

   El edificio de la Superintendencia Regional de la Policía Federal, dice la placa, fue inaugurado en febrero de 2007 por el entonces presidente Lula da Silva, hoy huésped permanente en el cuarto piso de ese mismo edificio y posiblemente uno de los presos más famosos del mundo en este momento.

   La celda de Lula, condenado en enero a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva, es además una especie de central de campaña electoral y recibe visitas de personalidades extranjeras desde hace semanas.

   En el día 146 del encarcelamiento de Lula es el turno de Martin Schulz, exlíder de los socialdemócratas alemanes, candidato a canciller el año pasado y hasta 2017 presidente del Parlamento Europeo.

   "No estoy aquí para juzgar lo que hace la Justicia brasileña, pero ningún poder del mundo puede evitar que le crea a un hombre que conozco desde hace muchos años y en el que confío", dijo Schulz en tarde del jueves al salir de la cárcel para dejar claro lo que piensa sobre el caso de Lula.

   "No me corresponde juzgar las sutilezas jurídicas en Brasil, pero está claro que las circunstancias de este juicio contra Lula lanzan una luz de duda sobre este proceso", agregó.

   El caso del carismático expresidente, al frente de dos exitosos Gobiernos entre 2003 y 2010, es altamente explosivo, en primer lugar porque Lula quiere volver al Palacio de Planalto y, además, porque es claro favorito en todos los sondeos de cara a las elecciones del 7 de octubre, con hasta el 39 por ciento de los apoyos.

   Sin embargo, es probable que el Tribunal Superior Electoral (TSE) excluya su candidatura en los próximos días debido a una ley --la 'Ley Ficha Limpia'-- que impide a condenados en segunda instancia aspirar a cargos públicos y firmada, paradójicamente, por el propio presidente Lula en 2010.

   Lula fue condenado por primera vez en julio de 2017 en el marco de la megacausa sobre corrupción política 'Lava Jato'. Un tribunal de apelación confirmó la condena en enero y la subió de nueve años y medio de cárcel a más de 12.

   Lula está acusado de haber aceptado un lujoso apartamento en Guarujá, en la costa de Sao Paulo a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras. El expresidente niega todas las acusaciones.

   Entre otras cosas, su defensa argumenta que el tríplex en cuestión nunca estuvo a nombre de Lula y tanto a nivel nacional como en el extranjero, muchas personas ven en la condena en efecto un trasfondo político, aunque también hay juristas que ven claros indicios contra Lula.

   El caso es controvertido, en buena parte por lo elevado de la condena. Para muchos brasileños se suma además la percepción de que otros políticos, sobre todo más cercanos a las élites económicas, no son perseguidos con la misma dureza que Lula, el ícono de la izquierda.

   "Brasil es el único país del mundo donde una prisión en una capital provincial recibe más visitas de personalidades internacionales que el palacio presidencial", comentó a la agencia dpa el exministro de Exteriores de Lula, Celso Amorim, para destacar el contraste con la impopular gestión del actual presidente, el conservador Michel Temer.

   La visita de Schulz le da ahora un impulso a la estrategia del Partido de los Trabajadores (PT), que apuesta por la presión internacional para intentar mantener en pie la candidatura de Lula.

   "Vine como representante de la socialdemocracia alemana y los socialistas europeos para expresar nuestra solidaridad a un hombre con el que trabajamos bien durante mucho tiempo", dijo Schulz.

   La posición de Schulz refleja la buena imagen de la que aún goza Lula en muchos países, sobre todo en Europa.

   Para la formación del expresidente del Parlamento Europeo, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), se trata también de apoyar un proyecto que les inspira confianza en Brasil en tiempos convulsos en todo el mundo.

   Segundo en las encuestas y favorito en caso de que Lula no sea candidato es el ultra de derecha Jair Bolsonaro, calificado a menudo como el 'Donald Trump brasileño' por su discurso populista y nacionalista, que pide armar a los brasileños para combatir a la delincuencia y que elogia abiertamente la dictadura militar (1964-1985).

   "En estas elecciones se trata de ver si conseguimos que Brasil vuelve a ser un motor para la democratización en este país y en todo el mundo", comentó Schulz.

   En caso de que Lula sea finalmente excluido, se espera que el PT lance como candidato para las elecciones del 7 de octubre al ex alcalde de SaoPaulo Fernando Haddad, que acompañó a Schulz en la visita a la cárcel. Pero por ahora el drama de Lula continúa.