Actualizado 19/12/2017 18:00

Hernández propone un diálogo nacional para zanjar la crisis por las reñidas elecciones presidenciales

Juan Orlando Hernández
REUTERS / JORGE CABRERA

Nasralla advierte de que si no se remedia el "fraude electoral" Honduras podría precipitarse hacia una "guerra civil"

MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente electo de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha propuesto este martes celebrar un diálogo nacional para resolver la crisis política que ha desencadenado el estrecho margen con el que ganó la reelección el pasado 26 de noviembre frente al candidato opositor, Salvador Nasralla.

Hernández ha dado un discurso dirigido a la nación en el que ha aceptado su designación como presidente electo, realizada el pasado domingo por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), tras tres semanas de tensa espera de los resultados oficiales.

"Como ciudadano y presidente electo de todos los hondureños, acepto con humildad la voluntad del pueblo hondureño", ha dicho, subrayando que a los participantes en la pugna electoral "solamente les queda acatar la voluntad libremente expresada", que "traerá paz, concordia y progreso".

En este sentido, ha recalcado que, aunque "los resultados del proceso electoral fueron estrechos a nivel presidencial, la decisión de los electores consolidó una bancada preminente en el Congreso Nacional, igual hay una expresión electoral mayoritaria a nivel de las alcaldías".

Sin embargo, ha considerado que "no es momento para triunfalismos", sino para abordar la "recomposición del terreno político" que han arrojado los recientes comicios. Hernández ha abogado por "construir un consenso nacional que permita trabajar en un nuevo país".

"Extiendo mi mano y abro mi mente para escuchar con atención a los demás y acordar en un gran diálogo un acuerdo nacional que consolide la paz y la seguridad de todos los habitantes de la República, que fortalezca la ruta de la estabilidad y el crecimiento económico y propicie profundas reformas sociales e institucionales", ha dicho.

En su opinión, es la única forma de acabar con la división en la sociedad hondureña que ha derivado en numerosas protestas entre manifestantes opositores y fuerzas de seguridad. De acuerdo con el Comité de Detenidos y Desaparecidos en Honduras (COFADEH), hay al menos 24 muertos.

Hernández ha instado a los opositores violentos a abrazar la vía pacífica porque "ninguna protesta justifica poner en peligro la vida de otros hermanos hondureños" o el "vandalismo". "En una democracia los ciudadanos estamos sometidos al imperio de la ley, el respeto a la autoridad y a las exigencias de la sana convivencia social", ha enfatizado.

El líder conservador ha subrayado que, pese a las diferencias, "por encima de las diferencias de partido, más allá de las ideologías, sobre las preferencias electorales, todos somos hijos de una misma madre: Honduras". "A todos nos acoge la misma tierra. A todos nos cobija el mismo cielo. Somos hermanos", ha destacado.

GIRA INTERNACIONAL

Por su parte, Nasralla ha rechazado la proclamación de Hernández como presidente electo y ha emprendido una gira internacional para persuadir a los aliados de Honduras de repetir los comicios o celebrar una segunda vuelta que no está prevista en la legislación nacional.

En Washington, se ha reunido con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que ha apoyado sus tesis. Además, Nasralla ha pedido al Gobierno estadounidense que no reconozca la victoria de Hernández.

Nasralla ha denunciado desde la capital estadounidense que Hernández se aferra "ilegalmente" al poder y ha advertido de que, si no se reconoce este fraude electoral y se le pone remedio, el país centroamericano podría precipitarse hacia una "guerra civil".

El candidato opositor comenzó el conteo de votos con una ventaja de hasta cinco puntos, lo que supuso una gran sorpresa porque todas las encuestas vaticinaban una cómoda reelección para Hernández. Con el (lento) avance del escrutinio, la tendencia se revirtió hasta dar la victoria al actual mandatario, si bien con escaso margen.

Estas elecciones presidenciales han estado marcadas por la polémica desde el principio porque Hernández ha conseguido pelear por la reelección, una figura que la Constitución prohíbe pero a la que el Supremo dio luz verde a instancias del partido gobernante. Ocho años antes, esta misma batalla llevó al derrocamiento de Manuel Zelaya.