NUEVA DELHI, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Rajya Sabha --Cámara Alta del Parlamento indio-- ha escuchado este lunes propuestas para poner fin a los crímenes sexuales entre las que se han planteado reformas del Código Penal para incluir castigos como la castración quirúrgica o química, las ejecuciones públicas, ahorcamientos ejemplares o ejecuciones por linchamiento.
El debate está marcado por el último caso que ha trascendido, la violación y asesinato en Hyderabad de una joven de 27 años cuyo cuerpo calcinado fue hallado este fin de semana después de desaparecer el miércoles. Cuatro hombres han sido detenidos, pero no ha frenado la ola de protestas e indignación.
El portavoz de la oposición, Ghulam Nabi Azad, del Congreso Nacional Indio, ha argumentado que el problema requiere medidas judiciales, pero también un cambio en la "atmósfera" general, en particular incidiendo en medidas educativas, informa el diario 'Hindustan Times'.
Inmediatamente después, el senador Santanu Sen, de un partido regionalista bengalí de centro-izquierda, ha defendido la instauración de juicios rápidos y castigos ejemplares que deberían ser difundidos ampliamente para lograr un efecto disuasorio.
Mientras, el senador P Wilson, electo por un partido regionalista tamil, ha abogado por la castración quirúrgica o química para delitos sexuales siguiendo el ejemplo de Corea o California, ha argumentado. La castración en sí sería costeada además por el propio reo.
La senadora y actriz Jaya Bachhan también ha planteado endurecer las penas: "Mi sugerencia es algo dura, pero creo que estas personas deberían ser presentadas en público y linchadas".
Otras voces alertan de los largos procesos judiciales que pueden tardar años en deparar una sentencia en firme o del peligro que supone relacionar estos crímenes con la religión del agresor o la víctima, mientras que otros senadores defienden revisar la legislación sobre pornografía o tráfico de drogas o sencillamente aplicar la pena de muerte solo para violaciones.
La violencia sexual sigue siendo un tema tabú en India, ya que las supervivientes temen el estigma o una posible venganza si denuncian los ataques. A pesar de las dificultades, el número de casos registrados por la policía se ha ido incrementando paulatinamente desde 2012, cuando una violación en masa en un autobús en Nueva Delhi conmocionó al país.