Actualizado 23/08/2018 15:52

Se inicia la carrera electoral en Brasil: un país, dos contrincantes y un mar de dudas

ELECCIONES EN BRASIL
REUTERS/NOTIMÉRICA

   BRASILIA, 23 Ago. (Notimérica) -

   Este jueves se inicia la carrera electoral en Brasil, un proceso anunciado y esperado desde hace meses que, sin duda, no quedará exento de polémica e incertidumbre por los múltiples factores --políticos, económicos, sociales o judiciales-- que afectan al primer país de la región latinoamericana.

   Trece personas --once hombres y tan solo dos mujeres-- se disputarán a partir de hoy la presidencia de Brasil en una votación que se prevé (o así se ha dicho) que sea "histórica". Si bien se trata de las primeras elecciones desde que la última mandataria electa, Dilma Rousseff, fuera apartada del poder a través de 'impeachment' que elevó al cargo a Michel Temer, lo más relevante de estos comicios recae sobre el histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT), Lula Da Silva, quien permanece en la cárcel.

   Finalmente, y después de meses de declaraciones, persecuciones, sospechas e infinitas dudas --de todo tipo--, este miércoles el Tribunal Electoral de Brasil cerraba el plazo para la recepción de inscripciones de candidatos. Entre ellos está, como única carta del PT, Lula Da Silva. Encarcelado y con una condena de 12 años y un mes por corrupción pasiva desde el pasado mes de abril, está previsto que el desarrollo de la campaña se orqueste desde su celda.

   Las encuestas continúan situándolo como favorito, pero existen claros riesgos sobre su continuidad en la carrera presidencial y, asimismo, sobre su victoria. Además de las complicaciones judiciales que pueden surgir de cara al proceso electoral --en especial por la Ley de Ficha Limpia bloquea a los aspirantes que tienen una condena en firme--, el compañero de fórmula del sindicalista no parece gozar de momento del beneplácito de la ciudadanía.

   Se trata del exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, quien según un sondeo publicado este miércoles por el periódico 'Folha de Sao Paulo' únicamente contaría con el apoyo de un 17 por ciento de los simpatizantes de Lula. Esto significa que, en el caso de que Lula no pueda continuar con la carrera presidencial, el PT perdería gran cantidad de votantes, ya que todo recaería sobre su 'número dos'.

   Las estimaciones en caso de ausencia de Lula sitúan por delante al candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, con un apoyo del 22 por ciento. El exmilitar, con ideas casi abiertamente autoritaristas, ha organizado múltiples momentos públicos plagados de insultos, racismo, clasismo y machismo. Sin embargo, su candidatura es vista con buenos ojos muchos ciudadanos brasileños que buscan que en el país vuelva a reinar el orden, uno que recuerda mucho a la dictadura (1964-1985).

   Y es que la sociedad brasileña, afectada desde hace años por la recesión económica, que día a día ve como la clase política del país se ve involucrada en incontables casos de corrupción mientras los índices de violencia y homicidios no cesan, se está decantando poco a poco por la posibilidad de establecer un orden militar en la vida civil. Y Bolsonaro lo sabe, por lo que también ha buscado un fórmula presidencial adecuada.

   Hamilton Mourão, un general del Ejército brasileño de 64 años --ahora en la reserva--, ha criticado duramente al poder Ejecutivo al tiempo que ha ensalzado aspectos de la dictadura militar brasileña. Junto a él, y con una novedosa estrategia de comunicación --a día de hoy es considerado el político más efectivo en las redes sociales--, Bolsonaro puede llevar al Partido Social Liberal (PSL) a la Presidencia.

   Marina Silva, Geraldo Alckmin y Ciro Gomes completan los cinco primeros puestos, con un 8, 6 y 5 por ciento de los votos según una encuesta de Datafolha. Según los datos recogidos hasta el momento por diversas encuestas de opinión, ninguno de estos candidatos registraría un incremento notable de su cuantía electoral en el caso de que Lula Da Silva se quedara fuera de las elecciones, lo que hace presagiar que todo queda entre él y Bolsonaro.