Publicado 09/12/2015 16:42

Investigadores analizan el estado de salud de corazones enterrados hace 400 años

   MADRID, 9 Dic. (Notimérica) -

   Un equipo de investigadores franceses ha conseguido realizar un estudio sobre la salud de varios corazones enterrados hace más de 400 años.

   Miembros del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas realizaron excavaciones el año pasado en el sótano del convento de los Jacobinos en Rennes, al noroeste de Francia.

   Ahí descubrieron, además de tumbas del siglo XVI y principios del XVII, unas urnas con forma de corazón que se encontraban en las criptas de las familias nobles. Dentro del recipiente observaron que había corazones humanos auténticos, informa la agencia 'Sinc'.

   Tras el hallazgo, un equipo multidisciplinar de radiólogos, médicos forenses, arqueólogos, patólogos y físicos se pusieron de acuerdo para analizarlos utilizando la imagen por resonancia magnética (IRM) y la tomografía computarizada (TC). Otras técnicas utilizadas fueron la disección, el estudio externo y la histología.

   Los investigadores limpiaron los corazones y retiraron las sustancias que se utilizaron para embalsamar los órganos, replanteando la resonancia magnética y la TC. De esta forma, en la nueva serie de imágenes se lograron identificar las diferentes estructuras del corazón, como las cámaras, las válvulas y arterias coronarias.

   Cuando el tejido quedó rehidratado, pudieron analizar mejor los músculos del miocardio mediante la IRM. De los cinco corazones descubiertos, solo se pudieron estudiar cuatro, resultando que uno de ellos estaba sano mientras que los otros tres mostraron signos de enfermedad, como la presencia de placa en las arterias coronarias. La mala conservación del quinto impidió su estudio.

   "Dado que cuatro de los cinco corazones estaban muy bien conservados, hemos sido capaces de ver signos de afecciones cardíacas actuales, como la placa y la aterosclerosis", cuenta la doctora Mokrane, autora del estudio.

   Otro descubrimiento fue el del corazón de Toussaint Perrien, caballero de Brefeillac, que había sido retirado después de su muerte y enterrado junto al cadáver de su esposa, Louise de Quengo, Señora de Brefeillac.

   Según Mokrane, ser enterrado junto al corazón del esposo o esposa era una práctica muy común de la época. El corazón del caballero "era patológico y presentaba una miocardiopatía dilatada --debilidad del miocardio y dilatación de las cavidades que reducen el bombeo de sangre--", confirmó la doctora.

   La historia y los resultados de su estudio acaban de presentarse en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica, que se celebra estos días en Chicago, Estados Unidos.