El organismo está revisando las denuncias por supuestas irregularidades en las parlamentarias de octubre
MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El destacado clérigo chií Muqtada al Sadr, cuyo bloque se hizo con la victoria en las elecciones presidenciales celebradas en octubre, ha denunciado "presiones" contra la comisión electoral mientras lleva a cabo el proceso de revisión de las denuncias por supuestas irregularidades durante la votación.
Al Sadr ha destacado en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter que la comisión electoral es "íntegra" y trabaja "con exactitud y profesionalismo", al tiempo que ha rechazado "interferir en su trabajo".
"Condenamos y denunciamos todas las presiones políticas y de seguridad a las que está expuesta la comisión electoral desde el primer día de sus trabajos", ha dicho, antes de aplaudir la postura "imparcial" del organismo.
Asimismo, Al Sadr ha hecho hincapié en que "nadie debe interferir" en los trabajos de la comisión electoral, en medio de las críticas por parte de diversos partidos y milicias proiraníes contra los resultados de las elecciones, que se han negado a aceptar.
En este sentido, la Alianza Al Fatá ha anunciado que ha presentado una apelación ante el Tribunal Supremo para que anule los resultados de los comicios, en los que los partidos proiraníes sufrieron un duro varapalo y en los que el bloque de Al Sadr se hizo con una mayoría de escaños.
Sin embargo, un miembro de la comisión electoral afirmó el domingo a la agencia iraquí de noticias INA que las apelaciones presentadas contra los resultados tendrán un "impacto" en los resultados definitivos, que serán anunciados durante los próximos días.
En este contexto, el propio Al Sadr reclamó la semana pasada a las milicias proiraníes integradas en las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) que entreguen las armas si quieren unirse al próximo Ejecutivo, tras lo que Kataib Hezbolá anunció la disolución de uno de sus grupos armados.
Las parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos --según el balance oficial facilitado en julio de 2020--, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.