MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
El líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, ha sugerido este jueves que los actos públicos con motivo del mes del Ramadán podrían ser suspendidos a causa de la pandemia de coronavirus.
En un discurso televisado, Jamenei ha indicado que "estas reuniones para rezar a Dios o escuchar discursos son muy importantes y podría ser que no las hubiera este año".
"En ausencia de estas reuniones de rezo, súplica y humildad, se puede lograr el mismo significado, atención y humildad en la vivienda de cada uno, en privado, en familia", ha manifestado.
El Gobierno de Irán ha confirmado durante la jornada que el país ha superado la barrera de los 4.000 fallecidos por coronavirus tras la muerte de otras 117 personas durante las últimas 24 horas.
El portavoz del Ministerio de Sanidad, Kianush Jahanpur, ha indicado que, además, otras 1.634 personas han dado positivo durante el último día, lo que eleva a 66.220 el número de casos, según la agencia de noticias iraní IRNA.
Asimismo, ha resaltado que 32.309 personas han recibido ya el alta tras superar la enfermedad Covid-19, si bien ha alertado de que otras 3.918 permanecen en estos momentos en estado crítico.
Durante su discurso, Jamenei ha destacado que la población está teniendo una actuación "brillante" en la lucha contra la pandemia, que ha descrito como "una prueba" para todo el mundo.
El líder supremo iraní ha alabado la labor de los trabajadores sanitarios a la hora de hacer frente a la "plaga moderna" que supone el coronavirus, tal y como ha recogido la cadena de televisión iraní Press TV.
En este sentido, ha destacado que los trabajadores del sector sanitario "han puesto sus propias vidas y salud al servicio del pueblo", antes de agregar que sus actos "vivirán como un recuerdo feliz en la mente de esta nación".
Jamenei ha destacado además que en Irán no se han registrado escenas de pánico como en otros países occidentales y ha hecho hincapié en las "peleas entre personas para comprar papel higiénico o armas y munición para protegerse ante potenciales amenazas".
En otro orden de cosas, ha concedido que, si bien el coronavirus "es un gran problema" y "un gran desafío para la Humanidad", "no es comparable a otros muchos problemas".
El líder iraní ha apuntado entre estos casos a los ataques con armas químicas por parte de Irak durante la guerra entre 1980 y 1988, que se saldó con la muerte de miles de personas, y ha recordado que "todas las grandes potencias apoyaron entonces" a Sadam Hussein.
Por último, ha apuntado que la pandemia de coronavirus no debe distraer la atención internacional de aquellos lugares donde la población sufre "opresión", entre los que ha citado a Yemen y Palestina.