MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
La junta militar de Burkina Faso ha anunciado que el expresidente Roch Marc Christian Kaboré, derrocado en el golpe de Estado de enero, ha sido "totalmente liberado", tras su detención en el marco de la asonada y su paso a arresto domiciliario en abril de este año.
El portavoz del Gobierno de transición, Lionel Bilgo, ha señalado en un comunicado que las autoridades "reafirman la liberación total de antiguo jefe de Estado Roch Marc Christian Kaboré" y ha agregado que esta decisión "se inscribe en una dinámica de refuerzo de la cohesión social y la reconciliación nacional".
"El Gobierno reitera su disposición a un diálogo inclusivo y a actuar para lograr el éxito de la transición", ha apuntado en su comunicado, publicado por el Servicio de Información del Gobierno a través de su cuenta oficial en la red social Facebook.
La junta indicó en abril, antes del traslado de Kaboré a su domicilio, que trabajaba para llevarle a una "residencia familiar de su elección" que contaría con "un dispositivo de seguridad adaptado, teniendo en cuenta el rango que ocupó en Burkina Faso".
Sin embargo, su partido, el Movimiento del pueblo para el Progreso (MPP), denunció posteriormente que el exmandatario "no es totalmente libre, en la medida en la que el presidente está aún sometido a restricciones a su libertad", sin dar más detalles al respecto.
El líder de la junta, Paul-Henri Sandaogo Damiba, mantuvo el 21 de junio un encuentro con Kaboré para abordar "cuestiones de seguridad" y el proceso de transición, en medio del aumento de los ataques por parte de grupos yihadistas. En la reunión también participó el expresidente Jean-Baptiste Ouédraogo.
El golpe de Estado fue perpetrado tras un amotinamiento de militares en protesta por la inseguridad y la falta de medios para hacer frente al yihadismo, motivo por el que los soldados exigieron la dimisión de Kaboré y otros altos cargos de las fuerzas de seguridad.
El país africano ha experimentado en términos generales un aumento significativo de los ataques desde el año 2015, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región. Estos ataques han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y han hecho que florezcan los grupos de autodefensa.