BUENOS AIRES, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
La justicia argentina volvió a sobreseer este viernes la causa contra el ex mandatario Fernando de la Rúa (1999-2001) por la muerte de cinco manifestantes durante las revueltas que tuvieron lugar en diciembre de 2001 en Buenos Aires, poco antes de que renunciara a la Presidencia.
El juez federal Claudio Bonadío ordenó archivar la causa en la que se había denunciado la ilegalidad del decreto que estableció el estado de sitio por parte del Ejecutivo, "desatando una represión abusiva" por parte de la Policía Federal que causó "muertes y lesiones de personas en las manifestaciones producidas" entre el 19 y 20 de diciembre de 2001, informó el Centro de Información Judicial.
En abril de 2009 la justicia argentina ya sobreseyó esta causa por considerar que no estaba probado que el ex presidente "hubiera intervenido en la cadena de manos que dispuso el procedimiento" contra los manifestantes, sin embargo, la Cámara Federal revocó la medida y ordenó a Bonadío profundizar en la investigación de estos hechos.
Al menos unas 30 personas murieron en los hechos ocurridos en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, y otros puntos de Buenos Aires, así como en varias ciudades del país donde miles de personas salieron a las calles para protestar por las medidas del Gobierno de la Rúa.
Tras conocer la decisión judicial, De la Rúa confesó que "en el fondo" no le "sorprende" esta medida porque "está cabalmente demostrado" que no tuvo "participación en los episodios y que no hubo del Gobierno ninguna orden de represión ni de excesos". Ahora la justicia "deberá hacer las determinaciones para saber cómo ocurrieron realmente los hechos", dijo a la emisora local Radio Del Plata.
"Es un dolor que uno lleva siempre. Yo asumí la responsabilidad política pero eso no significa que pueda atribuírseme una responsabilidad penal", aclaró el ex jefe de Estado.
De la Rúa ha acusado al entonces titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ahora ex presidente alemán, Horst Köele, de haber sido el que "hundió" a Argentina porque "creó un ahogo financiero" con las políticas económicas que instruyó, en un intento por salvar a esa nación sudamericana de la crisis financiera.
En este sentido, explicó que su dimisión estuvo motivada por "la conspiración política, la falta de apoyo legislativo, los problemas internacionales y la actitud del FMI", aunque reconoció que la ola de violencia fue un "factor decisivo".