Actualizado 10/07/2017 15:09

Leopoldo López y la oposición venezolana se muestran firmes en sus exigencias a Maduro

Placards depicting Venezuela's opposition leader Leopoldo Lopez, who has been gr
REUTERS / ANDRES MARTINEZ CASARES

   MADRID, 10 Jul. (OTR/PRESS/Notimérica) -

   Si el Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pensaba que con la excarcelación del opositor Leopoldo López iba a rebajar el tono de las protestas contra el régimen, ha fracasado en el intento de manera notable.

   Tanto López como la oposición en pleno han asegurado que no van a claudicar en su lucha y mantienen las manifestaciones y exigencias a Ejecutivo, que ya duran más de tres meses.

   La Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha anunciado el domingo un paro de diez horas en Venezuela por los "cien días de rebelión" que lleva padeciendo el país caribeño reclamando elecciones, vuelta al orden democrático y la liberación de los presos políticos (más de 400 desde que comenzara esta última oleada de protestas).

   "Un pueblo que ha decidido asumir su libertad y que no va a abandonar las calles hasta que conquistemos el cambio", ha manifestado Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional, agregando que "todo lo que se ha logrado, todo lo que se ha avanzado, ha sido únicamente por su sacrificio, por su lucha, por su compromiso con Venezuela".

   Además, los dirigentes de la MUD han aclarado también que la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela de conceder a Leopoldo López el arresto domiciliario no es fruto de una negociación con el Gobierno de Nicolás Maduro para rebajar la intensidad de las manifestaciones contra el Palacio de Miraflores.

   "Es falso que haya una negociación de la MUD con el régimen y por eso se está acortando la calle", ha dicho el diputado Luis Florido, explicando que la menor presencia en las calles se debe a "la inmensa tarea" de organizar el referéndum del 16 de abril sobre la Asamblea Constituyente. "Nuestra lucha es para salir de la dictadura", ha reiterado.

   En la misma línea, la mujer de López, Lilian Tintori, ha afirmado que la salida de prisión de su marido "no fue producto de una negociación". "No se negocian los Derechos Humanos ni la dignidad", ha dicho en sus primeras declaraciones tras la excarcelación del jefe de Voluntad Popular.

   No obstante, ha reconocido que las reuniones que el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero con la que fuera ministra de Exteriores de Venezuela Delcy Rodríguez y el alcalde del municipio caraqueño de Libertador, Jorge Rodríguez, lograron "empujar" la excarcelación de López. "Y, como familia lo agradecemos", ha indicado.

   Tintori ha confesado que cuando López salió de Ramo Verde les dio las gracias a los funcionarios que estaban presentes, incluidos la ex canciller y el edil capitalino. "Les dije que no deben existir presos políticos en Venezuela; que, si tenemos que trabajar en conjunto para lograr concordia, cuentan conmigo", ha revelado.

"DEJÓ A LOS DEMÁS PRESOS", ACUSA CABELLO

   Por su parte, el vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, ha criticado a Leopoldo López porque "apenas le dieron la oportunidad se fue a su casa y dejó a los demás presos".

   "Eso habla muy poco de la moral de la oposición venezolana porque hasta hace unas semanas dijeron que el último que saldría sería Leopoldo López y apenas le dieron la oportunidad se fue a meter a su casa y dejó a los demás presos", ha dicho Cabello en un acto con militantes del PSUV.

   El número dos del 'chavismo' ha reprochado este comportamiento al jefe de Voluntad Popular y lo ha comparado con el del fallecido presidente Hugo Chávez. "El comandante cuando estaba preso dijo: 'seré el último que salga de la cárcel' y así fue", ha destacado.

   Además, ha rechazado los "inteligentes análisis de la derecha" según los cuales "la Revolución se ha rendido" por conceder a López el arresto domiciliario. "Ahí están armando su escándalo porque el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le dio la medida", ha lamentado. "Que se rinda otro, pero nosotros no podemos rendirnos", ha afirmado.

   El Gobierno y la MUD iniciaron el pasado octubre un diálogo con el objetivo de acabar con la crisis política, económica y social que sufre Venezuela, pero las conversaciones quedaron suspendidas a principio de año porque las partes se acusaron mutuamente de incumplir los primeros acuerdos.

   En el último mes, se ha especulado con que el Gobierno de Maduro ofreció a López recuperar la libertad a cambio de limitar las protestas opositoras. Tanto la MUD como Zapatero, que ha ejercido de mediador en este proceso, han negado que dicha oferta estuviera sobre la mesa.

   López, encarcelado desde el 18 de febrero de 2014 y condenado a casi 14 años de prisión por incitar a la violencia en las revueltas opositoras de ese año, que se saldaron con 43 muertos, regresó a su casa de Caracas en la madrugada del sábado tras conseguir un arresto domiciliario por razones humanitarias.

   El TSJ y el Defensor del Pueblo sostienen que no se trata de una medida excepcional, sin embargo, llega tras meses de multitudinarias manifestaciones en las calles de Caracas y otras importantes ciudades de Venezuela contra Maduro que han dejado 91 muertos, según el Ministerio Público.

100 DÍAS DE PROTESTAS POR UN PAÍS EN LA RUINA

   La tensión en el país no sólo es política. También hay una crisis económica y social que sume al país en una ruina sin un diálogo cercano en el horizonte. Alguien tendrá que ceder y no parece que vayan a ser los manifestantes. Poco o nada les queda por perder ya.

   A la oposición no parece que le asuste nada. Ni siquiera la muerte, como decía un diputado la semana pasada tras el ataque perpetrado por colectivos chavistas en el Parlamento, sede de la soberanía nacional. "Seguiremos pase lo que pase. Hasta las últimas consecuencias" afirmaban diputados ensangrentados.

   Tal nivel de compromiso sólo es posible si la situación que viven es absolutamente desesperada. El riesgo de morir a manos de una bala perdida o dirigida, acabar en la cárcel como los 400 presos políticos que hay ahora mismo en los presidios del país caribeño no impedirán que la gente siga exigiendo libertad y democracia. Y es que poco tienen que perder en un contexto de carencias sociales y económicas que mantiene a la población en una situación límite.

   Venezuela cuenta solamente con 10.000 millones de dólares en reservas, dinero incapaz de mantener una economía estable. El desempleo puede alcanzar el 25 por ciento y la inflación del país será este año del 720%, pero en 2018 se espera que supere el 2.000 por cien, si nada cambia.

   Según las estadísticas, el país se enfrenta a una escasez de medicamentos del 80 por ciento y más de 13.000 médicos han dejado el país en los últimos años debido al colapso del sistema sanitario.

   Además, el director de Foro Penal, Alfredo Romero, dijo a primeros de julio que en Venezuela los presos políticos van en aumento. Al comienzo de esta última oleada de manifestaciones había 117 presos políticos, ahora "son más de 400".

   Fruto de la situación económica y de la inseguridad jurídica, los venezolanos son ahora los principales solicitantes de asilo en Estados Unidos, por encima de China, México, Guatemala y El Salvador. En España ocurre lo mismo. En 2016, por primera vez, Venezuela se convertía en el país con mayor solicitantes de asilo, 3.960 personas.

   Pretender que cambiar el estatus carcelario de Leopoldo López iba conseguir mitigar las protestas suponía ser demasiado ingenuo. Eso sí, el régimen, por primera vez en 18 años, ha tenido que claudicar en algo. Hay quien ve en el 'obligado' gesto del régimen un paso adelante hacia las exigencias opositoras.