Publicado 12/11/2021 11:30

Líbano.- Hezbolá aboga por "calmar" la crisis con Arabia Saudí pero resalta que Líbano debe rechazar "la sumisión"

Archivo - El líder del partido-milicia chií Hezbolá, Hasán Nasralá, durante un discurso televisado
Archivo - El líder del partido-milicia chií Hezbolá, Hasán Nasralá, durante un discurso televisado - Marwan Naamani/dpa - Archivo

Rechaza la posible dimisión de Kordahi y agrega que "las demandas y condiciones saudíes son interminables"

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha asegurado que el grupo quiere "calmar" la crisis diplomática con Arabia Saudí pero ha incidido en que Líbano debe rechazar "la sumisión y la humillación", en medio de las recientes tensiones entre Beirut y varios países del golfo Pérsico.

La crisis se ha desatado por la publicación de unas declaraciones realizadas por el ministro de Información, George Kordahi, antes de tomar posesión, en las que afirmó que los huthis "se defienden" de la ofensiva de la coalición que lidera Arabia Saudí en Yemen.

En respuesta, los gobiernos de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Bahréin procedieron a retirar a sus embajadores y suspender parcialmente la cooperación económica, en un nuevo golpe a la ya maltrecha economía libanesa.

"Arabia Saudí ha provocado la última crisis con Líbano y queremos que las cosas se calmen", ha manifestado Nasralá en un discurso televisado, antes de defender que Kordahi "no atacó a nadie ni usó palabras duras". Así, ha recalcado que la reacción de Riad "fue muy exagerada e incomprensible".

En este sentido, ha hecho hincapié en que "estas mismas declaraciones han sido realizadas por funcionarios árabes e internacionales" y ha criticado que "Arabia Saudí, que dice ser un país islámico, no reaccionó a los insultos al profeta (Mahoma) por parte de muchos países".

"Arabia Saudí se presenta como un amigo de Líbano y el pueblo libanés y tiene un problema con Hezbolá, que reconocemos, pero ¿así es como los amigos tratan a sus amigos?", se ha preguntado durante su intervención, tal y como ha recogido el portal libanés de noticias Naharnet.

Nasralá ha argüido que la dimisión del exministro de Exteriores Charbel Uehbé por otras declaraciones que molestaron a Riad fue "un error" que "abrió la puerta a las presiones actuales" y ha incidido en que el cese o dimisión de Kordahi no debería tener lugar "en un Estado soberano, libre, digno y honorable".

Asimismo, ha defendido que esta decisión "no solucionará el problema" y ha resaltado que "las demandas y condiciones saudíes a Líbano son interminables". "¿Depende el interés nacional de la sumisión y la humillación?", ha cuestionado.

Por ello, ha manifestado que las autoridades saudíes "quieren que sus aliados en Líbano combatan una guerra civil contra Hezbolá" y ha rechazado que el grupo" domine" el país. "Hay fuerzas mucho menos fuertes que nosotros que tienen mayor influencia sobre el Estado, especialmente sobre el aparato judicial", ha dicho.

El líder de Hezbolá ha reiterado así sus críticas al juez que encabeza las investigaciones sobre las explosiones de agosto de 2020 en Beirut, Tarek Bitar, cuyo cese ha reclamado en el pasado, sin conseguirlo hasta el momento. "¿Somos un partido que domina Líbano mientras no podemos influir el cese de un juez de una cierta parte?", se ha preguntado.

Nasralá ha hecho además referencia a las tensiones internas en torno a las investigaciones y ha abogado por "pacificar los veredictos judiciales sobre los últimos enfrentamientos", al tiempo que ha asegurado que Hezbolá "está abierto al diálogo".

Las tensiones en torno a las investigaciones marcaron un nuevo máximo el 14 de octubre, cuando al menos siete personas murieron en unos enfrentamientos en medio de una manifestación en Beirut para exigir la dimisión de Bitar, en el marco de una campaña de críticas por parte de Hezbolá y AMAL contra él.

El malestar popular ha ido al alza durante los últimos meses debido al bloqueo de las investigaciones y los retrasos en la retirada de la inmunidad de los exministros y parlamentarios a los que el juez Bitar ha citado a declarar en el marco de las pesquisas, entre ellos Diab, quien dimitió tras las explosiones y siguió en el cargo en funciones hasta que se logró un acuerdo para formar el nuevo Gobierno en septiembre.

MIKATI RESALTA QUE HAY "LÍMITES"

Por su parte, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, ha afirmado que "hace frente a los desafíos de forma positiva y abierta", si bien ha incidido en que hay "límites" a esta postura, incluida la independencia judicial y "mantener a Líbano en su ambiente árabe".

"Es cierto que hago frente a los desafíos de forma positiva y abierta, sin importar su magnitud, y estoy dando a las discusiones y el diálogo su máximo margen, pero también es cierto que ese diálogo se detiene en los límites de las creencias nacionales y personales", ha explicado.

"Los principios del Estado están fundamentados en individuos y grupos que voluntariamente dan algo de lo que tienen en favor del interés público", ha argumentado, al tiempo que ha incidido en que entre sus objetivos está "mantener los lazos de hermandad con los hermanos árabes, encabezados por Arabia Saudí".

De esta forma, ha manifestado que "una postura fundamentada en la defensa permanente de los derechos privados, de individuos o grupos, lleva en gran medida a crear tensiones y a paralizar las instituciones", en un llamamiento a una mayor unidad entre los partidos y al fin a sus disputas particulares.

Mikati ha pedido durante los últimos días la dimisión de Kordahi para poner fin a la crisis, si bien el ministro se ha negado a hacerlo si no hay "garantías" por parte de los países del Golfo sobre el fin de las medidas punitivas contra el país en caso de que decida dar un paso a un lado.

Líbano se encuentra sumido en una grave crisis ahondada por la pandemia de coronavirus y las explosiones de agosto de 2020 en el puerto de la capital, Beirut, lo que ha incrementado además la inestabilidad política.

El Banco Mundial ha señalado que la crisis es una de las peores en la historia moderna, en medio de las alzas de los productos básicos, los cortes de luz y el aumento del desempleo, que están provocando un aumento de la población en riesgo de caer por debajo del umbral de la pobreza.